Voluntarios llevan la Feria a las madres y niños acogidos en el Convento de Santa Isabel
Catorce voluntarios de la asociación Corazones con Bata llenaron este lunes de alegría el hogar para mujeres del Convento de Santa Isabel con música, farolillos, comida y bebida. Siete mujeres en situación de exclusión social y sus nueve hijos son atendidas por las religiosas Filipenses Hijas de María Dolorosa entre sus muros mientras se les apoya en la búsqueda de un trabajo y una vivienda. Con diferentes obstáculos en sus vidas, algunas víctimas de violencia de género, no tienen a nadie que les eche una mano en estos momentos tan difíciles, excepto las hermanas del convento. Cuando dentro de un año consigan independizarse, otra mujer vulnerable ocupará su lugar.
Conocedores de su realidad tras entregarles en otras ocasiones juguetes y productos de primera necesidad, los voluntarios quisieron aportar un granito de arena con una iniciativa que denominaron «la otra Feria». «Hemos querido llevar un cachito de la Feria de Sevilla al convento para que todos esos niños y mamás acogidas puedan vivirla», explica Lorena Leyva, presidenta de la asociación a Sevilla Solidaria, «y ha sido bonito ver cómo han disfrutado tanto».
Acompañados de un grupo de flamenco y con bebidas, tortillas, empanadas y otras tapas, la tarde se llenó de magia y las pequeñas se pusieron mantoncillos y flores en el pelo y bailaron sevillanas. Una de ellas cumplía diez años el mismo lunes, y los voluntarios aprovecharon para celebrarlo con ella. «Le cantamos el "cumpleaños feliz" con una rumbita y se emocionó bailando y con su tarta de chocolate», cuenta Lorena. A principios de mes, estos mismos voluntarios llevaron productos de alimentación y aseo para bebés, ya que dos niños han nacido a principios de año en el hogar para mujeres.
Un convento muy querido
La asociación Corazones con Bata es conocida por los corazones de tela que entregan con mensajes de ánimo. Dedicada fundamentalmente al reparto de alimentos y productos de primera necesidad a todo colectivo que lo necesite, la entidad está muy pendiente de las peticiones de las hermanas del Convento de Santa Isabel. La congregación es muy querida en el barrio puesto que es conocida su labor, no solo con las mujeres en situación de vulnerabilidad, sino también con menores en situación de exclusión y personas sin hogar.
Por ello, entidades vecinas también se acercan si llega a sus oídos alguna necesidad. En especial, están muy pendientes las hermandades. Así, la Acción Social conjunta del Santo Entierro Grande, con quince hermandades implicadas, estuvo dedicada este año a la reforma total de la cocina de est ehogar de mujeres.