¿Qué hacer si pierdes a tu hijo en la Feria de Sevilla?

Al día más de catorce voluntarios de Cruz Roja acompañan a los niños perdidos en el Real mientras aparecen los padres y dan pautas a los demás para que esto no llegue a suceder

Si pierdes de vista a tu hijo en la Feria, sobre todo mantén la calma. Mientras en el resto de las casetas el traje de flamenca y el de chaqueta son los uniformes de los anfitriones, en el último número de Gitanillo de Triana reciben con un chaleco rojo con una cruz al pecho. Son los que salvaguardan a los niños del Real; un equipo de voluntarios del Departamento de Cruz Roja Juventud que desde que arranca la Feria de Abril están apostados en la Caseta de los Niños Perdidos, ese punto de encuentro para aquellos menores que sueltan por un instante la mano de sus padres y terminan vagando sin rumbo por las calles de albero.

«Los niños siempre llegan tranquilos, tenemos juegos y actividades lúdicas que llevan uno o dos voluntarios y casi que ni se dan cuentan de que no están sus padres», afirma María Soto, responsable de la Caseta de los Niños Perdidos. Con la misma alegría que el séquito de Peter Pan, estos niños, normalmente de entre 5 y 7 años, terminan reencontrándose con sus padres en menos de dos horas. «Son los padres los que vienen nerviosos, con una gratificación absoluta hacia nosotros, lo cierto es que contribuir a la seguridad de la Feria es una acción muy agradable», añade María. Además, en la Caseta ofrecen a personas de movilidad reducida poder cargar sus sillas eléctricas.

En lo que llevamos de Feria 11 niños perdidos (o encontrados) han llegado a esta caseta. Lo hacen en colaboración con Cecop y la Policía, y también a veces de la mano de algún adulto que los ha visto desorientados. Además, cuando los cuerpos de seguridad reciben una llamada de padres que no encuentran a un menor, parte de los voluntarios de esta caseta se desplazan a la zona donde se ha dado aviso para ayudar en la búsqueda. «Esta Feria todo ha transcurrido sin contratiempos, solo una madre se presentó sin documentación para recoger a su hijo pero se terminó solucionando y se pudo identificar».

Pulseras identificativas

María, quien está al mando de la caseta por segundo año, asegura que la cifra de los niños que llegan perdidos a la caseta va reduciéndose -el año pasado llegaron a ser 17-. Piensa esta joven pedagoga y trabajadora social que quizás se deba a una mayor concienciación. Para contribuir a que esta cifra siga descendiendo, una de la principal misión de esta caseta es el reparto gratuito de las pulseras identificativas, para que los más pequeños la porten en la muñeca con nombre y número de teléfono. Son pulseras que también dispone la Políca Local, Bomberos y Protección Civil. Sólo en la Caseta de los Niños Perdidos reparten unas 900 al día.

«Además, le damos una serie de pautas a los menores, que sus padres nos ayudan a reforzar, como que si se ven perdidos busquen a un adulto y les digan que llamen al teléfono de su pulsera», indica María. La responsable aconseja explicarles a los hijos a dónde van antes de llegar a la Feria, para que sepan que es un lugar repleto de gente, donde es fácil perderse, y que no pueden soltarse de la mano en ningún momento. Si aún así, se termina perdiendo a un niño, en primer lugar hay que llamar a la Policía y luego acudir a la caseta de Cruz Roja. «Normalmente los familiares se reparten, unos vienen y otros se quedan donde han perdido de vista al menor».

La Caseta de los Niños Perdidos permanece abierta todos los días que dura la Feria de 12,00 a 00,00 con dos turnos de voluntarios que siempre están cubiertos con al menos 7 personas. La mayoría son jóvenes de menos de 30 años del Departamento de Cruz Roja Juventud, aunque la convocatoria está abierta a todo interesado y también hay voluntarios de otros departamentos.

Estos jóvenes no solo acuden a la Feria año tras año para que sea un lugar más seguro, sino que durante todo el año están donde lo necesitan. La pasada Semana Santa se aseguraron de que las personas con movilidad reducida pudieran acceder a las sillas habilitadas para ellos en la Carrera Oficial, así como en la labor constante dan apoyo escolar a niños en riesgo de exclusión, atiendes a menores hospitalizados en el Virgen Macarena, ofrecen clases de Educación a la Salud en institutos y colegios, o apoyan a jóvenes para que sigan estudiando.

Estos jóvenes solidarios son un pequeño grupo de todo una perfecta sincronización de voluntarios de Cruz Roja que velan noche y día en el hospital instalado a solo unos pocos metros de esta caseta. Y que pasaron el miércoles, Día Mundial de la Cruz Roja, como ellos saben, ayudando a los demás.

Comentarios