Unidas para afrontar juntas el cáncer

El proyecto Acompañados de Pulseras Rosas ofrece grupos de apoyo para quienes pasan por esta enfermedad

Teresa agradece aquel día que su prima le habló de la asociación sevillana Pulseras Rosas. «Preguntar y escuchar experiencias me calmó de una manera que ni yo sabía que necesitaba», cuenta desde Búfalo, en Estados Unidos. Fue en noviembre de 2020 cuando a Teresa le diagnosticaron un cáncer de mama. Nunca es un buen momento para escuchar aquello pero a ella le pilló en plena pandemia, con tres niños pequeños que aún no iban al colegio por las medidas sanitarias, trabajando desde casa y con su marido la mayor parte del tiempo fuera por su empleo.

Por entonces, la asociación llevaba desde marzo de aquel año ofreciendo los grupos de apoyo de su proyecto Acompañados de forma online, para que las mujeres que asistían no se pusieran en peligro por el Covid. Recurriendo a la opción virtual, llegaron nuevas beneficiarias, tanto de la provincia de Sevilla como de Huelva y de Jerez.

«Desde el minuto uno todas me mandaron saludos y ánimos, me contaron en qué punto estaban ellas, y al instante me sentí parte del grupo y me hizo abrirme», explica Teresa, que lleva doce años en Estados Unidas. Acudió para estudiar un máster y hoy está casada con un americano.

En marzo de este año las participantes que estaban en Sevilla volvieron a encontrarse y a reunirse de forma presencial cada quince días en el espacio cedido por el Real Betis Balompié en su estadio. Eso no impidió que continuaran con asistentes desde el ordenador para llegar a todas. Teresa no falta ni a una sesión de los miércoles. Y en lo que falta del verano, en una visita a su familia en Cádiz, espera poder conocer en persona a algunas de ellas. «El objetivo es que entre ellas mismas se apoyen, la labor del terapeuta es ir guiando», explica Nuria Gil, psicóloga y coordinadora del proyecto Acompañados.

Son alrededor de quince mujeres las que acuden a este programa. Están a punto de comenzar un tratamiento por cáncer, están pasando por ello o lo acaban de superar y se enfrentan a las secuelas. «Algunas no han podido hablar del proceso hasta que lo han pasado», explica Nuria, «otras vienen con la peluca para preguntar a las demás cómo ponérsela». Aunque siempre dejan claro que son los médicos los que deben aconsejar y asesorar sobre la enfermedad, ellas son las que pueden compartir experiencias sobre la vida que ayuden a las demás.

Son muchos los temas que se hablan en el grupo. Uno de los más frecuentes es el de saber pedir ayuda, y no solo la profesional, sino también en casa. «A las mujeres les cuesta mucho, soportan la carga y aunque se encuentren mal físicamente siguen encargándose de la cocina o de otras tareas porque lo tienen muy interiorizado», añade la psicóloga. Aprenden a encajar los comentarios de las personas que intentan ayudar pero lo hacen con frases hechas que hieren más que apoyan. «También a expresar el miedo a la muerte y el poder contárselo a sus hijos, porque ellos tienen que saberlo». Y si una de ellas cuenta de qué manera lo contó, a otra puede servirle para recurrir a la misma fórmula y coger fuerza para dar el paso.

El proyecto Acompañados, al que pertenece este grupo de apoyo, presenta tres líneas. Por un lado, la psicológica, con la que se empezó todo; pero también una física para la que cuentan con un entrenamiento de yoga y ejercicios adaptados. Por último, Pulseras Rosas ofrece también un apoyo social, aunque ahora mismo está paralizado con idea de retomarlo en el futuro. «Hemos tenido un actor que les ayudaba con la expresión corporal para saber sacar del cuerpo las emociones», cuenta Nuria.

Acompañados nació en 2018 debido a la propia demanda de las mujeres atendidas por Pulseras Rosas a su fundadora, Carla Herrera. «Yo misma acudí a terapia por otro tema y me ayudó muchísimo, sentí que esto era importante para ellas», explica Carla. Pulseras Rosas es una entidad conocida fundamentalmente por la campaña «Tu pelo vale un tesoro», con el que entregan pelucas de forma gratuita a mujeres con pocos recursos económicos, aunque quieren dar a conocer todos los servicios que ofrecen para llegar a más personas.

De hecho, las participantes en el proyecto Acompañados también se ven el resto del año en otras actividades, como cuando cuatro de ellas participaron en un desfile de moda en el encuentro ‘CaixaBank se viste de flamenca’ , frecuente colaborador del proyecto, al igual que otras muchas entidades. «Además, desde hace ocho ediciones estamos presentes en todas las carreras de la mujer por toda España, cortando coletas para hacer pelucas», explica Carla.

Sí, las participantes se sienten unidas. Y mantienen un grupo de Whatsapp en el que hablan sin importar el día o la hora. «La verdad que me dio la fuerza de saber que yo podía con eso igual que han podido otras… y es que en Acompañados se forma una familia», explica Teresa. Los abrazos y las caricias se echan de menos, pero ella se siente acompañada en el momento más difícil de su vida.

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