Una fábrica de grandes ideas en Las Tres Mil

La asociación Areté gestiona un laboratorio de fabricación digital con múltiples entidades implicadas en la inserción laboral de jóvenes vulnerables

Junto a Las Tres Mil Viviendas y tras la Avenida de la Paz, hay un edificio abierto a todos los vecinos tanto del Polígono Sur como de Sevilla entera, la Residencia Universitaria Flora Tristán de la Universidad Pablo de Olavide. En ella, desde el pasado marzo la Asociación para la Atención Integral Areté lidera un proyecto innovador donde la impresión 2D y 3D, las ideas, el emprendimiento y la sostenibilidad tienen un papel fundamental, una opción de dar vida al que un año más ostenta el título de barrio más pobre de España.

El 3KLab-Fabricación Digital Social es un proyecto ideado en primer lugar para ofrecer itinerarios de inserción laboral a 26 jóvenes en situación de vulnerabilidad y también para prestar apoyos para que los chicos de entre 14 y 16 años del barrio que abandonan los estudios vuelvan a motivarse y regresen a la educación formal. «La duración del itinerario depende de la persona, hay jóvenes inmigrantes que ya vienen preparados y lógicamente necesitan menos tiempo y también chicos que acaban de salir del instituto y lo necesitan todo», explica Javier Granja, director del laboratorio.

En el caso de Joshua y Rosangel lo tienen muy claro. Esta pareja venezolana en la treintena lleva alrededor de un año en Sevilla con sus hijas de 3 y 9 años. Llegan sin nada material, pero en la cabeza sí bullen cientos de ideas, que necesitan apoyo para poder ser puestas en práctica. «Este proyecto nos da la oportunidad de aprender y emprender, además de hacer contactos», explica él. Ella, técnico medio de electricidad, tiene la ilusión de montar su propia empresa sobre algo que siempre la ha ilusionado: el diseño. Para ellos el Polígono Sur ha sido todo luz. «Sabemos que se dice que es un barrio peligroso y habrá gente mala como en todos sitios pero nosotros lo que hemos encontrado han sido buenas personas dispuestas ayudar», confiesa Rosangel.

Así, los itinerarios tienen dos ramas, con 13 beneficiarios en cada una. Una de ellas orientada al diseño 2D y 3 D, subvencionada por la Fundación “la Caixa” a través de su última convocatoria de ayuda a proyectos sociales; y otra destinada a la reparación de ordenadores y componentes informáticos, apoyada por el Ayuntamiento de Sevilla y denominada «Reparaempleando». Ambas cuentan con grupos muy heterogéneos entre sus alumnos. «No es solo una formación, les ayudamos con el currículum, en la búsqueda de empleo o a cuidar su imagen», añade Granja. Además, todos cuentan con posibilidad de prácticas laborales.

Pero los objetivos de este laboratorio digital va mucho más allá, y la clave para que puedan cumplirse reside en el trabajo en red de numerosos actores de diferentes sectores de la sociedad. Desde el Ayuntamiento de Sevilla y el Comisionado del Polígono Sur, pasando por todas la entidades sociales del barrio y la Fundación “la Caixa”; la empresa Sofcom especializada en sistemas de seguridad, muy involucrada con las prácticas; así como la rama formativa con la UPO y el Fablab de Sevilla de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Sevilla.

«Después de la pandemia, el Polígono Sur se ha resentido con un mayor número de absentismo escolar y un mayor desempleo», explica a su vez Alfonso Blázquez, coordinador de cultura y políticas sociales de la Residencia Flora Tristán, «esta es la oportunidad de recuperar la participación del barrio en las acciones la residencia». Además, se busca que los universitarios residentes también se involucren en el proyecto.

El alquiler de las máquinas de impresión o la petición de cada vez más pedidos supone una apertura del barrio. «Nos hemos dado cuenta de que se trata de un nicho de trabajo con mucha salida, de hecho, si sigue así podremos convertirlo e una empresa de inserción laboral», explica el director.

Hace pocas semanas universitarios y personas mayores de Castilleja trabajaron juntos en un diseño digital. La fundación se está acercando a mujeres gitanas para mostrarles la informática como opción laboral, rompiendo con estereotipos. Prácticas para personas con discapacidad; renovación de equipos informáticos obsoletos para empresas que terminan siendo muy útiles para asociaciones, orientación para quien se acerque por este espacio...

La lista de utilidades es amplia y está abierta a toda propuesta, porque aquí se trata de abrir la puerta y escuchar. También de que el resto de asociaciones puedan aportar. Los mismos vecinos participan dejando paneles de madera que encuentran en la basura y que en el laboratorio les sirve ya que todos los materiales son reciclados.

«La transparencia es fundamental en este proyecto, todo se sistematiza con idea de que se pueda replicar en otros barrios y en otras ciudades», explica Javier. Y, de hecho, ya se está trabajando para que la Fundación Fulgencio Meseguer lo que ponga en marcha en Jaén. Que llegue a otros barrios de Sevilla es cuestión de tiempo. Areté tiene la experiencia necesaria, veintidós años con empresas de inserción laboral en zonas vulnerables de la capital y la provincia. Ahora el 3KLab tiene vida propia.

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