Un total de 776 familas con menores recibieron casi 30.000 kilos de alimentos
La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha repartido en su comedor de la calle Misericordia casi 30.000 kilos de alimentos a 776 familias con menores en lo que va de año. Es uno de los datos que ha presentado en el Parlamento de Andalucía, donde ha comparecido en el Grupo dee Trabajo sobre la Renta Básica de la Ciudadanía.
Con las estadísticas de los Servicios Sociales de la Orden en la mano, el superior del Hospital del Aljarafe y responsable de los Servicios Sociales de Sevilla, José Miguel Valdés, y el gerente de los Centros Asistencial y de Acogida de Málaga, José Luis Fuentes, presentaron a los parlamentarios presentes en el grupo, una serie de cifras que dan una mera idea de las situaciones de emergencia social que están produciéndose.
Así, desde el 1 de enero de 2014 hasta ahora, los Servicios Sociales que se encuentran en la calle Misericordia han atendido a 1.093 personas de entre 19 a 88 años de 54 nacionalidades, de entre los que el 52% son españoles; se han dado 21.325 almuerzos y 26.900 kilos de alimentos a 776 familias con menores a su cargo; el servicio de ropería ha repartido 3.720 prendas de vestir; y por las duchas de estas instalaciones de San Juan de Dios han pasado 2.020 personas. De todas estas personas atendidas, el 11% vive en la calle y solo el 21% percibe una prestación económica.
Ante esta situación, dentro de las iniciativas del Grupo de Trabajo, se contempla elaborar una ley que permita ofrecer una prestación económica que garantice a las familias la cobertura de las necesidades básicas. La propuesta que lanza la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios se centra en contribuir a que las personas nunca traspasen el umbral de la pobreza mediante la prestación de una ayuda económica, o mediante la prestación de un servicio. En este caso, si se trata de la prestación de una Renta Básica, la Orden ha orientado al Grupo de Trabajo sobre el marco en el que debe proporcionarse para permitir a una unidad familiar una independencia mínima en las actividades básicas de la vida diaria.