Un empleo como llave para salir de la violencia de género

La Fundación Integra pone el foco en los niños testigos y víctimas de la violencia de género y en la necesidad de sus madres de conseguir un trabajo para salir adelante

Un trabajo es autosuficiencia, independencia, libertad. Para las mujeres que sufren violencia de género conseguir un empleo es la vía de escape para salir del calvario tanto ellas como sus hijos. La campaña mediática que lanza la Fundación Integra con motivo del Día Internacional de la Violencia de Género, que se celebra el 25 de noviembre, incide en esta necesidad y en cómo repercute en los niños, testigos y víctimas de lo que ocurre en casa.

Macarena García visualiza por primera vez el spot de la campaña mientras habla con sevillasolidaria.es: «Muy bonito y muy cierto», es su primera reacción, «la salida es tener un trabajo y no depender económicamente del hombre». Esta mujer sevillana trabaja actualmente como lavandera en un hotel, una profesión en la que tiene 20 años de experiencia. Consiguió la entrevista de trabajo a través de la Fundación Integra, institución a la que llegó por la Fundación Ana Bella, donde ayudan a mujeres que, como ella, son supervivientes de violencia de género.

«Yo tardé 23 años en denunciar, 23 años que estuve viviendo mi calvario», confiesa, «ahora me arrepiento por mis hijos y por lo que han tenido que vivir. Solo denuncié cuando mi hijo de 14 años tuvo que defenderme y llamé a la policía». Fue cuando todo empezó a cambiar a mejor. Esta superviviente -como ella se denomina- explica lo impensable que resulta salir de la situación por el miedo a perder a los hijos cuando no se tiene trabajo. «Pero sí hay una salida. Está la familia, y si no, los amigos, y si no, fundaciones, asociaciones o casas de acogida», apunta.

Ana Muñoz de Dios Castro, directora general de Fundación Integra, explica que hasta ahora el régimen de visitas del padre apenas cambiaba cuando había una orden de alejamiento de la madre «pero existe un cambio en junio en el que se incluye a los niños como víctimas de violencia de género. Y es que el 63% de las mujeres maltratadas lo han sido delante de sus hijos». Y, siguiendo con los datos, un 81% de las mujeres víctimas cree que un puesto de trabajo es la solución para romper el vínculo con su pareja y poder empezar de cero, según la Fundación Adecco.

Por ello, la labor de la Fundación Integra se hace fundamental en el paso decisivo de la ruptura. Hay mujeres que acuden a la institución mientras aún mantienen relación con sus maridos para romper los lazos en el momento en que consiguen un trabajo. «Hemos conseguido contratos para 2.100 mujeres. Son trabajos que les permiten ser independientes, tener la custodia de sus hijos y, en ningún caso, tener la necesidad de volver con sus maridos», indica Castro.

Cursos y talleres en Sevilla

La delegación de Sevilla tiene sede física en el Hotel Barceló Renacimiento desde hace un año. Aquí ponen en contacto a empresas con candidatos que están en situación de exclusión social o tienen alguna discapacidad para ofrecer un puesto de trabajo. En el caso de las mujeres víctimas de violencia de género, la mayoría establece contacto con la fundación a través de los Puntos de Información de la Mujer, de la Delegación de Igualdad del Ayuntamiento de Sevilla, o a través de asociaciones, según informa María Muro, responsable de empleo para Andalucía de la Fundación Integra.

Asimismo, en la sede imparten cursos y talleres orientados a recuperar la confianza en sí mismas y en la búsqueda de empleo. Una psicóloga con 20 años de experiencia sirve de coaching a las mujeres interesadas, y también imparten en la fundación talleres de autoestima por medio del cuidado personal. Todos los profesionales que participan en la formación lo hacen a través del voluntariado, al igual que el voluntariado corporativo.

Voluntariado corporativo

Este último es el caso de Laura Rodríguez, encargada de selección de recursos humanos en el Grupo Eulen. Laura responde a las preguntas de sevillasolidaria.es en el Hotel Barceló justo antes de impartir a las mujeres de la fundación un curso de dinámica de grupo para quien no haya hecho frente a ninguno en una selección de personal. Dos compañeras, por su parte, acaban de realizar un taller de asesoramiento legar y familiar y otro sobre el primer día de trabajo. «Llevamos más de 10 años ayudando a la integración social de colectivos en exclusión social y desde hace un año y poco colaboramos con el voluntariado corporativo». De forma voluntaria profesionales del grupo acuden una vez al mes para ayudar en la formación.

«Una vez que estas mujeres han tomado una decisión y llegan a los puestos de trabajo, lo hacen con muchísimas ganas de aprovechar al máximo la oportunidad», un aspecto positivo como trabajadoras. «Tenemos limpiadoras que llevan muchos años con nosotros. También contratamos por ETT y la empresa en muchas ocasiones se termina quedando con la trabajadora».

Macarena agradece en especial el taller sobre creación de currículum, aspecto en el que se sentía desactualizada. «Estoy feliz», dice con rotundidad, «estoy cansada porque no paro entre el trabajo y los testimonios positivos que doy en charlas con la asociación Ana Bella, pero muy satisfecha de mi vida ahora. No pedía mucho: tener a mis hijos conmigo, un trabajo y estabilidad emocional. Ahora llego a casa y tengo paz», indica Macarena sin vacilación, «solo dos adolescentes que se pelean», bromea entre risas.

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