Sus compañeros de trabajo le ayudan con el alquiler y la ropa tras perder todo en un incendio en Villamanrique

Isabel, auxiliar de ayuda a domicilio en Clece, ha recibido la ayuda y el apoyo de sus compañeros a través de la asociación que desarrollan dentro de la empresa, Corazón y Manos

Isabel Belmonte lo perdió todo el pasado 23 de diciembre. Un incendio en el apartamento en el que residía en Villamanrique de la Condesa, a causa de un brasero, la dejó sin nada material y, lo que es peor, su hijo sufrió quemaduras que lo llevaron a estar ingresado en la unidad de cuidados intensivos. Pero en los momentos más duros es cuando descubres verdaderamente la solidaridad de quien te rodea. Corazón y Manos, asociación compuesta por los empleados de Clece, empresa en la que trabaja Isabel, no se lo pensó ni un segundo y sus compañeros se pusieron manos a la obra para ayudarle en lo que necesitara.

Según informan desde la asociación, Isabel Belmonte comenzó en Clece como auxiliar en el Servicio de Ayuda a Domicilio del municipio sevillano de Pilas en el año 2017, primero cubriendo unas vacaciones, y desde el pasado diciembre, vuelve a estar incorporada a la empresa. Para realizar esta labor es fundamental la energía y el buen hacer para atender bien a los usuarios. En este sentido, Inmaculada Rodríguez, responsable de coordinación del Servicio de Ayuda a Domicilio de Clece en la provincia de Sevilla destaca que «Isabel es una mujer profesional, prudente y que se ha tomado con mucha positividad los golpes que le ha deparado la vida, a pesar de lo acontecido afronta la situación con esperanza y con mucha decisión», a lo que añade Óscar Brenes, coordinador de Isabel, que «los mayores a los que atiende le tienen mucho cariño».

Isabel con una de las usuarias

Pero esa alegría y positividad se vieron amenazadas con aquel incendio que arrasó con todo lo material que tenía en el apartamento alquilado. La desolación le llegó a Isabel cuando se enteró de que su hijo de 29 años, que llevaba unos meses viviendo con ella tras una ruptura, sufría quemaduras graves en ambos brazos y tenía que ser ingresado en el hospital.

Apoyo de los compañeros

Sus compañeros acudieron en esos momentos de soledad y desolación. A Isabel, cuando habla de este momento de compañerismo, le cambia el tono y la forma de hablar, se muestra agradecida, porque el apoyo no fue solo moral, sino que también se implicaron en ayudarle a seguir adelante con la compra de ropa para ella y su hijo, e incluso han conseguido cubrir el coste de dos meses de alquiler de la casa en la que poder vivir mientras el seguro se hacía cargo de los arreglos y acondicionamiento de su casa.

Ante esta situación límite en la que Isabel se vio sin nada de la noche a la mañana, ella se muestra como una mujer luchadora: «La vida no siempre te trata bien, pero hay que seguir, sobre todo por lo que más quiero, que son mis hijos y mis padres», y sobre Corazón y Manos: «Mis compañeros no han dejado que me quedase desamparada y me siento muy agradecida por todo lo que han hecho».

El Ayuntamiento de Villamanrique también ha querido aportar su granito de arena y al conocer el caso, se puso en contacto con Isabel a través de María José Charro, concejala de Igualdad y Bienestar Social de la localidad: «Nos coordinamos con la Asociación Corazón y Manos para ver las necesidades de la familia, y al ver que ellos se han ocupado del alquiler y de la compra de ropa, nosotros nos hicimos cargo de una compra de comida con la que llenar la nevera y la despensa tras el incendio». Además, Charro nos cuenta que al conocer la situación del padre tras la caída, «iniciamos los trámites para que pueda ser beneficiario de la Ley de Dependencia», «La familia, como todas las familias del pueblo, saben que nos tienen a su disposición».

Corazón y Manos

Daniela Macías, Delegada Social de la Dirección Regional Sur de Clece explica cómo surge la asociación: «En 2017 los empleados de Clece crearon Corazón y Manos, para ayudar a compañeros y personas de su entorno cercano que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Desde entonces la entidad ha ayudado a más de 6.000 personas».

Se podría decir que ayudar a los demás normalmente no está relacionado con el entorno laboral de las personas. Sin embargo, hay algo en el ADN de muchas de ellas que les empuja a extender su mano a aquellos de su círculo laboral que más lo necesitan. Y cuando en un entorno de trabajo hay más de una persona con este perfil, solo pueden surgir cosas buenas. Y decir cosas buenas es decir Corazón y Manos, una asociación sin ánimo de lucro creada por los trabajadores de Clece. El resultado: proyectos solidarios, programas de inclusión social, formación y fomento del empleo juvenil, que se traducen en una mejora significativa de su entorno.

Daniela Macías muestra su preocupación por la situación actual provocada por la crisis sanitaria y económica: «Si 2020 no ha sido un año fácil para nadie, es inevitable pensar que 2021 vendrá acompañado de momentos de dificultad, y los trabajadores de nuestra empresa que lo estén pasando mal saben que tienen a sus compañeros para apoyarles y ayudarles a llevar su vida con normalidad».

Foto: Daniela Macías, delegada social de Clece en la Dirección Regional Sur; Óscar Brenes, coordinador de SAD; Isabel Belmonte, auxiliar de Ayuda a Domicilio; Inmaculada Rodríguez, responsable de coordinación SAD en Sevilla

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