Sembrando futuro en el Polígono Norte
En uno de los barrios con más desafíos sociales de Sevilla, el Polígono Norte, lleva casi cinco décadas latiendo una entidad que cree firmemente en la capacidad de los niños y niñas para cambiar su historia. La Asociación Rutas de Sevilla nació del compromiso vecinal y del trabajo comunitario, y hoy es un espacio indispensable para decenas de familias que encuentran en sus programas apoyo, guía y, sobre todo, cariño.
«El niño es el centro de todo», afirma con convicción Irene Castilla, coordinadora en la Asociación Rutas de Sevilla. Lleva desde 2006 formando parte del equipo y conoce bien las necesidades de la zona. «Dentro de poco cumplimos casi 50 años desde que nacimos en este barrio. Lo que buscamos es que los más pequeños y sus familias vean este lugar como un sitio en el que sus niños puedan reforzar su educación y aprendizaje», añade Castilla.
La historia de la Asociación Rutas comienza en los años 70, apoyando los grupos de catequesis de la parroquia del barrio. Desde aquellos primeros encuentros se detectaron grandes dificultades académicas en los niños como problemas con la lectura, comprensión, expresión oral… De ahí surgió la necesidad de crear un espacio específico de refuerzo educativo. En la actualidad, son más de 60 los que participan cada curso. Aun así, la demanda es tan alta que hay lista de espera, ya que el equipo apuesta por una atención personalizada y flexible, adaptada a cada menor. «Considero que para trabajar en un lugar como este, se debe hacer todo con el corazón. Aquí damos todo lo que podemos y más. Facilitamos al máximo la vida de los usuarios de nuestra entidad y les ofrecemos los recursos a los que no tienen alcance», comenta Irene.
Aunque el apoyo educativo es fundamental, la labor de Rutas va mucho más allá. Sus programas abarcan diferentes aspectos del desarrollo personal y familiar. Desde apoyo y refuerzo educativo, ocio y tiempo libre, aula de convivencia, escuela de familia y actividades de verano: campamentos y colonias. Todos estos programas se construyen sobre una metodología activa y participativa, donde los niños y niñas son los protagonistas de su propio proceso de aprendizaje. El objetivo no es solo mejorar en matemáticas o lengua, sino ofrecer respuestas a las carencias socioeducativas, fomentar hábitos saludables, despertar la conciencia ciudadana e impulsar un crecimiento personal y social.
«La coordinación con los centros educativos es clave. Mantenemos contacto con los tutores para conocer la evolución académica y diseñar itinerarios adaptados. Así conseguimos que lo que se hace en la Asociación tenga un impacto real en su proceso de aprendizaje», señala Castilla. Además, el trabajo con las familias es igualmente esencial. La Escuela de Familia ofrece un espacio para que las madres, en su mayoría mujeres con cargas familiares y escasos recursos, puedan compartir, aprender juntas y participar activamente en la vida educativa y emocional de sus hijos.
Programas con alma social
Gracias al apoyo de Fundación “la Caixa”, la Asociación Rutas de Sevilla puede sostener y ampliar su labor. Irene lo tiene claro: «Si la entidad sobrevive a día de hoy es gracias a ellos. Sin su apoyo, nuestra labor no sería posible. Siempre es bueno contar con aliados, y cuanto más tengamos, más oportunidades podemos seguir ofreciendo», afirma la coordinadora.
Actualmente, la asociación participa en tres programas financiados por Fundación “la Caixa”. CaixaProinfancia, centrado en apoyar a niños, niñas y familias en situación de pobreza o exclusión social; Proyectos Sociales Andalucía, dirigido a personas en situación de vulnerabilidad, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y fomentar la igualdad de oportunidades y el programa de +Infancia, que implementa medidas para mejorar las condiciones de vida de la infancia en riesgo y su integración social.
Hablar de Rutas de Sevilla es hablar de entrega, empatía y trabajo constante en uno de los barrios más necesitados de la ciudad. Es apostar por la infancia, por su derecho a soñar y a construir un futuro distinto. Es también creer con las herramientas adecuadas, pueden desplegar todo su potencial.
Con casi 50 años de recorrido, la Asociación Rutas de Sevilla sigue siendo faro y refugio. Porque en cada cuaderno abierto, en cada juego compartido y en cada sonrisa de confianza, hay una promesa de futuro. «Esto no va solo de estudiar. Va de cuidar, de acompañar, de hacer sentir a cada uno que importa. Esa es nuestra mayor recompensa», concluye Castilla.