«Quien viene sabe que no se va a ir sin comer, sin ser atendido y sin ser escuchado»
Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl están al frente del Comedor Social de Nuestra Señora del Rosario, uno de los principales centros de Sevilla que atienden a personas necesitadas de alimentación, ropa o cuidados. Las cifras que manejan las Hijas de la Caridad son ingentes: sólo en 2023 repartieron cerca de 190.000 comidas, atendiendo a 3.840 personas. «Quien viene sabe que no se va a ir sin comer, sin ser atendido y sin ser escuchado», explica Sor Purificación, al mando del comedor y de las 560 comidas diarias que se reparten.
Para poder atender a tantas personas necesitadas, el Comedor Social de Nuestra Señora del Rosario tiene un gran apoyo en el Banco de Alimentos, una de sus entidades colaboradoras y que este fin de semana, viernes 24 y sábado 25 de mayo, organiza la Gran Recogida de Primavera. «Hacen una labor fundamental, y sin su ayuda sería imposible cumplir nuestro objetivo, que es dar todos los días una comida sana y variable», señala Sor Purificación.
La necesidad de un plato caliente es algo que se ha incrementado desde la pandemia. Durante los años anteriores, la tendencia de las personas que necesitaban alimento iba a la baja. «Las necesidades existen ahora más, sigue haciendo falta que recojamos alimentos y lo importante es sensibilizar a la población sobre estas necesidades», confiesa Jesús Maza, presidente del Banco de Alimentos de Sevilla.
El destino de los alimentos que se recogerán durante la Gran Recogida son comedores sociales como el de Nuestra Señora del Rosario u otras entidades que atienden a personas necesitadas. «Si las personas que van a contribuir durante la recogida conocieran la labor que hay detrás de entidades como esta, harían la donación con mucha más alegría», asegura Maza.
El objetivo del Banco de Alimentos de Sevilla para la campaña pasa por llegar a contar con 5.000 voluntarios en la provincia y recoger suficientes alimentos para atender a más de 40.000 personas necesitadas.
Una labor más allá de la comida
Además de las comidas diarias, el Comedor Social de Nuestra Señora del Rosario también ofrece duchas, ropa y, sobre todo, atención a las personas necesitadas. Para estos servicios, la entidad también se apoya en colaboradores, como la empresa de moda masculina Álvaro Moreno, quien suministra al centro prendas de vestir y accesorios para las personas necesitadas, quienes pueden acudir al ropero los lunes, miércoles y viernes.
Pero el aspecto fundamental en el que trabaja el Comedor Social de las Hijas de la Caridad es la acogida. Las personas que llegan por primera vez al centro son atendidas y se les da de comer, y posteriormente pasan por la trabajadora social, quien les hace un itinerario personalizado para derivarle a los recursos municipales con el objetivo que accedan a centros sanitarios o a un empleo.
«Aquí socializan, proyectan sus necesidades e ilusiones. Es algo fundamental, mucho o igual que darles de comer, porque se sienten acogidos y respetados», sostiene sor Purificación. «Es un trabajo mucho más profundo y cercano a la persona, para nosotros lo primordial es descubrir sus necesidades y habilidades, que son muchas y nos llevamos muchas sorpresas», añade sor Purificación.