Por un Mediterráneo intercultural sin jerarquías
Las personas que huyen en patera a través del Mediterráneo viajan sin apenas espacio para moverse, con desconocidos alrededor y sin saber con exactitud cuándo y a dónde llegarán. Desde la asociación italiana Abracadabra Onlus, han querido reproducir esta situación con artistas de diferentes culturas que viajarán durante tres meses en un pequeño velero. Desde la capital de Andalucía lo apoyan Sevilla Acoge en colaboración con la Universidad de Sevilla, ambas entidades han presentado este viernes la iniciativa denominada «Clandestine Integration» junto a los tripulantes del barco.
El italiano Gabrielle di Pascuali, de la asociación Abacadabra, zarpará esta noche desde Andalucía junto a tres acompañantes. Fabrizio Rovella, también italiano pero afincado en Mauritania y convertido al islam; Marcel, un escritor y blogger de Polonia; y Mina, un artesano de la madera egipcio; quienes no se conocían anteriormente entre sí. «La multiculturalidad existe pero lo que buscamos es la interculturalidad en un mundo cada vez más complicado», indica Gabrielle, «este proyecto reclama que las culturas diferentes deben existir sin jerarquías».
Lo han apoyado en la presentación Omar El Hartiti, presidente de la Fundación Sevilla Acoge, y Clara Puente, del Grupo ICODES Medi - África de la Universidad de Sevilla. «Es una idea que se viene gestando desde hace un año para denuciar lo que pasa en el Mediterráneo», explica Omar, «se trata de acercar este viaje al que llevan haciendo los inmigrantes siempre. Hace 30 años cuando nació Sevilla Acoge ya existía el movimiento de las pateras».
Para asemejar más la situación a la de los inmigrantes, aseguran que no saben exactamente los lugares donde irán recavando ni las fechas exactas. En un barco antiguo como el que manejan el viento va marcando el calendario. Sí aseguran que harán un encuentro en el Parlamento de Túnez, recordando el atentado terrorista que vivió el pasado marzo, y en la italiana Cabras, primer lugar al que llegaron los fenicios en el Mediterráneo «que tiene un valor simbólico muy grande puesto que los fenicios nos han dejado todo y venían de fuera», explica Gabrielle.
A lo largo de diferentes etapas se irán uniendo otros tripulantes, seleccionados más por su motivación que por su arte. «El Mediterráneo es el mar por el que huyen sus pueblos de la guerra, del hambre, del totalitarismo, de la crisis financiera y económica, del terror y la violencia, estamos aquí porque reclamamos la hermandad y el reconocimiento mutuo de nuestras diversidades», indica Clara Puente. Gabrielle asegura además que este viaje funcionará como un proyecto piloto para presentar a la Comunidad Europea en un futuro y volver a hacerlo menos simbólico y más efectivo.