Paz y Bien trabaja con las capacidades de las personas con discapacidad

La asociación nos abre las puertas de uno de su centros, el de Alcalá de Guadaíra

«Trabajamos las capacidades de las personas, la discapacidad la dejamos en la puerta», dice con rotundidad la presidenta de la asociación Paz y Bien, Josefa Romero, en la sede de Sevilla Este. Y no es una frase hecha. Quienes acuden al centro que esta asociación tiene en Alcalá de Guadaíra encuentran una forma de vida lo más independiente posible según sus potenciales. Si tienen dificultades para una vida familiar las personas con discapacidad intelectual encuentran aquí acogimiento, desde una residencia de adultos a casitas donde conviven varios usuarios con el fin de prepararse para poder vivir en pisos tutelados.

Amparo tiene 27 años y vive en una de estas casas. «Hacemos cocina, limpieza y lavandería», explica orgullosa la joven con discapacidad intelectual a sevillasolidaria.es. «Aquí se trabajan programas de vida autónoma», indica Josefa Romero, «porque en una casa sí se puede aprender a poner una lavadora o a hacer de comer, en cambio si estas en una residencia todo es industrial».

Así, Amparo tiene una rutina cada día. Se levanta temprano para las actividades del centro de terapia ocupacional y los talleres y dedica el resto de la tarde a aprender las rutinas de cuidado del hogar y luego a lo que más le gusta, pintarse las uñas, como confiesa entre risas. Su objetivo es ir al piso tutelado en el que vive su hermano en Sevilla, quien también tiene discapacidad intelectual y acude por las mañanas a la unidad de día. Ella se siente ilusionada: «me veo capaz de vivir por mí misma, porque tengo el apoyo de mis monitores».

Paz y Bien tiene doce residencias en Alcalá de Guadaíra, Santiponce, Osuna y Tomares, de las cuales seis son viviendas tuteladas. Asimismo, también cuenta con cuatro unidades de estancia de diurna y cuatro más con terapia ocupacional con el objetivo de fomentar la integración a personas con discapacidad intelectual que no pueden acceder a un empleo ordinario. Estos centros se reparten entre la provincia de Sevilla y la de Huelva.

Amparo acude cada mañana a terapia ocupacional en el centro de Oromana de Alcalá. «Intentamos crear una serie de hábitos laborales», explica Salud Rodríguez, directora de los servicios de día. «De dos a tres descansamos y almorzamos, y a partir de las tres entramos en otra series de actividades de ajuste personal y social, como lectura, deporte, escritura, informática...» añade Salud. Los usuarios reciben un «salario estímulo» para que aprendan a autogestionarse siempre con el objetivo de fomentar su autonomía.

El esfuerzo por aumentar la calidad de vida de este colectivo es tan solo una de las actividades de Paz y Bien. Con una plantilla de 350 profesionales atienden a más de 700 personas, tanto personas con discapacidad como menores tutelados del sistema de protección, grupos de exclusión social así como incluso llega a Guatemala, donde atienden a más de 10.000 personas.

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