Una cascada de luces adorna este fin de semana el patio de la Fundación Valentín de Madariaga y los villancicos suenan en el antiguo pabellón de Estados Unidos. Por quinto año consecutivo, la Asociación Nuevo Futuro celebra su Mercado de Navidad apostando por marcas exclusivas, artesanía y productos gourmet. Y entre los puestos, la barra y la cocina no sólo se respira ambiente navideño sino que se aprecia compañerismo y el trabajo constante en cada esquina de los más de 50 voluntarios que se afanan entre sonrisas para que el evento sea perfecto y se logre una mayor recaudación para los 40 niños que viven en los 5 hogares de acogida de la entidad.

El visitante se topa en primer lugar con Alicia, Andrea y María, las «porteras de Nuevo Futuro». Hace 20 años que las tres amigas son voluntarias tanto en el rastrillo como desde hace 5 en el Mercado de Navidad, las primeras caras visibles, vendiendo durante todo el día la entrada por un euro e informando en lo que se necesite. A la derecha, Regla atiende en el mostrador del puesto de la asociación, que tiene el honor de destinar el 100% de las ventas a su acción solidaria gracias a la donación de empresas y particulares para productos de alimentación, moda y complementos.

Y de las voluntarias que acompañan a Regla a las que preparan los aperitivos o las que disponen la terraza para el almuerzo. También los jóvenes que atienden la barra o aquellas que con ilusión han preparado bolsitas de chucherías para vender por la tarde entre los asistentes. Incluso en los negocios del mercado hay voluntarias con experiencia, como las hermanas Zerpa, que no solo exponen los artículos de decoración y menaje de Vainica desde siempre con Nuevo Futuro, si no que también se implican en el rastrillo con La Parrala y La Molletería.

O la joven María García de Vinuesa que hace una semana que sacó su marca Magavica de bolsos de piel biodegradable. Su gran inauguración es aquí porque sabe bien qué significa la asociación ya que colaboraba en La Parrala mientras estudiaba la carrera en Sevilla. O Rocío Porres, quien tiene un stand con sus joyas artesanas y de calidad desde el 2000 en el rastrillo. «Este es un ambiente muy bonito», asegura Rocío, «he conocido a madres que se han criado en los hogares de Nuevo Futuro y vienen ahora con sus hijos».

Porque lo fundamental de visitar este mercado es colaborar con la labor de Nuevo Futuro. «Hay muchos sevillanos que ya se han acostumbrado a hacer las compras de navidad en noviembre y colaborar así con nosotros», explica Mónica Gutiérrez, presidenta de Nuevo Futuro. El Mercado de Navidad destina lo recaudado desde su primera edición al refuerzo escolar de los menores acogidos. «Ellos traen una mochila emocional y psíquica muy pesada por lo que necesitan ese apoyo que les damos desde el primer día de curso, es muy importante porque a los 18 años se van y tienen que tener las herramientas necesarias para buscarse la vida», añade.

Decoración, porcelana, zapatos, complementos, moda o productos gourmet, entre otras muchas opciones. La oferta es muy variada, con artículos exclusivos que muchos visitantes buscan expresamente en el Mercado de Navidad. Aunque no todo son compras en el mercado. Invitan a quedarse una barra y los almuerzos solidarios organizados por amigos de la asociación. Ayer estuvieron encargados de la cocina Luis y Felipe Gálvez, Rafael Pérez y José Antonio Alberich, culpables de los arroces ibéricos y de campo que salieron, la carrillada con patatas y el cocido con chorizo y morcilla. Y a la oferta se le suman los talleres de cocina y decoración para niños y mayores, para los que hace día que se agotaron las inscripciones. El buen tiempo y las elecciones de mañana hacen presagiar a la presidenta un buen número de asistentes y superar la cifra de 3.000 del pasado año.