Música que mantiene en pie a conventos que se derrumban
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Los techos del Convento Madre de Dios se caen a pedazos. Las diez monjas de clausura que allí viven han hecho frente a termitas, derrumbes y goteras con la venta de los dulces que de forma concienzuda elaboran día tras día. Desgraciadamente, con el obrador nos les llega y también deben subsistir gracias a los donativos. La Plataforma Madre de Dios, compuesta por 8 personas dispuestas a ayudar, vieron hace dos años una manera de colaborar en la música, gestionando conciertos en la iglesia del Convento. Los donativos de los asistentes contribuyen a hacer frente a la restauración del patrimonio. Así echan una mano sin que «en la medida de lo posible los actos invadan su intimidad», explica José María Galán, miembro de la Plataforma.
El próximo sábado la iglesia del Convento acogerá al Coro de Madrigalistas de Bellas Artes, que proviene de México y ofrecen su música de forma altruista. La entrada es libre. Aún así, los donativos que se recojan en el acto serán destinados a las restauraciones necesarias. «En una situación de tanta necesidad personal con la crisis, es difícil pedir que se ayude a restaurar un inmueble pero es cierto que forma parte de nuestro patrimonio artístico e histórico», explica José María.
Debido al mal estado de una esquina del artesonado de la Iglesia, la zona bajo el techo dañado se encuentra ahora acordonada, para evitar que nadie puede ser lastimado ante el riesgo de caer material. Asimismo, la Casa del Capellán también necesita ser intervenida. «Llegué aquí en el 77 y no ha habido año en el que no hubiera obras», apunta Sor Adela, monja dominica del convento.
Sor Adela, tras 36 años entre estas paredes, ha vivido entre cubos que recogían las goteras filtradas por la uralita y ha visto caer techos, con termitas vivas incluidas, que ponían en peligro la vida de las religiosas. Poco a poco han ido saliendo. «Tenemos mucho que agradecer», confiesa la dominica.
Dulces y donativos
La venta de dulces les procura uno de sus ingresos. Desde estas fechas hasta diciembre el trabajo en el obrador es duro. Los rezos de las horas menores incluso llegan a hacerlos allí por ganar tiempo. El turismo y un grupo de personas fijas hacen que la venta no pare. Pero con eso no es suficiente. Sor Adela indica, con buen humor, que para ropa y comida poco necesitan, los hábitos aguantan con los remiendos, pero para las restauraciones necesitan un ingreso importante.
«En un contexto como el actual las instituciones públicas e incluso la Iglesia no pueden prestar su atención a las monjas de clausura», añade José María. Por suerte, colectivos como la Plataforma Madre de Dios colaboran. «Los donativos con la crisis son menos», indica la Madre Superiora, Sor Patricia, «pero siguen llegando y las Hermandades también nos ayudan mucho». Hay casos memorables, como el de la restauradora Ana Álvarez, que de forma desinteresada restauró el Cristo de Jerónimo Hernández en un trabajo que hubiera significado 10.000 euros.
Este sábado la música sacra del coro mexicano mantendrá en pie un poco más de tiempo este convento. Música que ayuda a conservar el Patrimonio histórico en Sevilla.