Motivación para trabajar en la gastronomía

La ilusión y las ganas de formarse son evidentes en los alumnos del proyecto social Gastronomix

Dedicar su vida laboral a la gastronomía era algo que Myriam Camacho tenía presente desde muy pequeña, aunque no sabía si podía hacerse realidad. Su padre trabaja con la harina, dos de sus tíos son pasteleros y uno se dedica al mundo del vino. «Trabajar en una cocina es algo que está infravalorado pero es maravilloso, todos los días aprendes algo nuevo», explica a Sevilla Solidaria. Por eso, cuando, estudiando un grado medio de cocina y gastronomía en el IES Heliópolis, descubrió el proyecto social Gastronomix, puesto en marcha por la Fundación Ebro Foods y la Fundación La Casa y el Mundo, no se lo pensó. Y tuvo la suerte de ser una de los 25 alumnos, de entre 16 y 25 años, seleccionados para esta formación totalmente gratuita.

Una vez vivida la experiencia no solo se ha afianzado su decisión si no que se plantea estudiar un Grado Superior de Sala. «El mundo laboral está muy complicado, pero estudiando y esforzándote puedes conseguir un buen puesto de trabajo», indica con seguridad. El objetivo es procurar a jóvenes en riesgo de exclusión social una oportunidad para formarse adecuadamente en el sector de la gastronomía.

A finales de este noviembre recibieron Myriam y sus compañeros los diplomas en un emotivo acto donde se dio la bienvenida también a los alumnos de la segunda edición en Sevilla del proyecto, que ya tiene otras siete ediciones en Madrid. El compañerismo creado en los nueve meses de clase en el IES Atenea de Mairena del Aljarafe era evidente entre los compañeros, que también han tenido la oportunidad de realizar unas prácticas de mes y medio en establecimientos punteros de la ciudad.

Dayana Tejada en la cocina de La Cantina

Algunos incluso han sido contratados tras su período de formación. Es el caso de la joven Dayana Tejada, que ha continuado en las cocinas del Hotel Meliá. «Abrían otro bar y me dijeron que si quería quedarme», cuenta entusiasmada. También le sorprendió gratamente la conexión en la cocina de La Cantina, el bar donde se lleva a cabo Gastronomix. «Siempre se empezaba un debate muy constructivo, y entre todos elaboramos un plato», cuenta, agradecida por la implicación y paciencia de los chefs Antonio Sánchez y Mario Ríos.
Además, cuatro de los alumnos han tenido oportunidad de realizar sus prácticas en el Basque Culinary Center de San Sebastián. «Éramos casi 50 personas en la cocina», cuenta aún sorprendida Chari Santana, una de las afortunadas, «increíble la organización y en el “office” tenían una verdadera cadena de trabajo».

Luchar por empleos de calidad es un constante para este proyecto, que busca lo mejor para sus alumnos así como motivarles para no dejar de formarse. «Este proyecto tiene alma, no solo busca la empleabilidad, si no también da las herramientas para mejorar la autoestima y para que los alumnos luchen por encontrar empleos de calidad», explica Blanca Hernández, presidenta de la Fundación Ebro Foods.

Blanca Hernández se dirige a los alumnos de la nueva edición

La mayoría de los alumnos provienen de Formación Profesional Básica, Grado Medio y certificados de profesionalidad, donde el abandono escolar y el absentismo es más alto que en el resto del sistema educativo. Otro porcentaje viene derivado de asociaciones y fundaciones de Sevilla que trabajan la empleabilidad, siempre con una base de formación en el sector. Así, por ejemplo, un joven con discapacidad auditiva y un chico alojado en Sevilla en un piso tutelado han formado parte del alumnado abriendo su horizonte laboral. «Nos alegra abrir puertas y cerrar prejuicios con un alumnado muy inclusivo», cuenta Aranzazu Ezpeleta, presidenta de la Fundación La Casa y El Mundo, «tenemos alumnos este año de ocho nacionalidades».

Más allá del compromiso social, este proyecto incide en la sostenibilidad con el desafío del desperdicio cero, así como en la alimentación saludable, formando adecuadamente en comida vegana y vegetariana. La alimentación junto con la salud, la sostenibilidad y el bienestar social son tres pilares de la Fundación Ebro Foods, que busca desarrollar el compromiso en los entornos en los que opera.

Mª Eugenia, coordinadora de Gastronomix en Sevilla

Muy lejos del show que ofrecen los concursos televisivos de cocinas, Myriam alude en todo momento al buen rollo y a las críticas constructivas que recibían en todo momento. La motivación y la autoestima se trabajan constantemente. «Te aclara mucho las cosas, me gustaba la cocina pero al ver La Cantina tengo claro que quiero seguir este camino», indica Myriam, dispuesta a todo, y satisfecha también de sus prácticas en el restaurante Ignacio Vidal de Felipe II.

Las cualidades de los alumnos se pueden apreciar en la Escuela-Cantina Gastronomix, presente en el IES Atenea de Mairena del Aljarafe. En ella se accede a un menú elaborado con productos de temporada cuidadosamente seleccionados por los chefs en colaboración con pequeñas empresas artesanales, ecológicas y concienciadas con la producción sostenible. Su buen funcionamiento ya se demostró la pasada edición con reservas muy anticipadas de familiares y vecinos de la localidad. No esperan menos esta edición.

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