Casa de Salinas

Manuel Lombo, artista y solidario

El cantante, que acude como voluntario todos los lunes al comedor San Juan de Acre, ofreció la noche del miércoles un recital a beneficio de este

El artista Manuel Lombo ofrece semana tras semana toda su solidaridad para el funcionamiento del comedor San Juan de Acre, que gestiona la Fundación Hospitalaria Orden de Malta. Ya no solo por el recital que ofreció en la noche del miércoles para recaudar fondos, si no remangándose todos los lunes y fregando platos en la cocina del comedor social de la calle Mendigorría.

Su voz sonó con fuerza el miércoles en el patio de la Casa de Salinas, donde los asistentes, cerca de 250 personas, lo rodearon con calidez en lo que era un concierto íntimo y lleno de sentido, con el objetivo de recaudar fondos para el comedor social. Manuel Lombo cantó composiciones de sus discos, así como canciones populares conocidas por todos. Además, el artista tuvo palabras para sus compañeros de los lunes en el comedor, donde es voluntario aproximadamente desde el pasado noviembre.

El delegado de la Orden de Malta en Andalucía, Don Fernando de Parias Merry, agradeció el concierto «extraordinario» que ofreció el cantaor de Dos Hermanas, así como la colaboración de la familia Salinas, que aportaron generosamente su casa, y a todo el público. También se refirió a la participación de Lombo en el comedor social y bromeó con su «maña con las cacerolas». Finalmente, agradeció la labor de las jefas de día en San Juan de Acre: «son el alma mater de que aquello funcione junto con 150 voluntarios más que hacen cada semana el milagro de atender a los más necesitados».

La relación del cantaor de flamenco con la Orden de Malta tiene un nexo: Cristina Hereen. Todo surgió de un café de esta mecenas del flamenco, considerada por Lombo como «su segunda madre», con don Fernando de Parias y Manuel en la calle Betis. «Yo no he tenido un café al que le haya sacado más rendimiento», apuntó don Fernando. De hecho, la Fundación Cristina Hereen fue una de las grandes colaboraciones altruistas del concierto puesto que, junto con Concertur, se encargó generosamente del sonido.

La velada finalizó con un cóctel donde varias empresas aportaron su grano de arena. Fundación Cruzcampo, Coca-Cola, Osborne y Gonzalez-Byass aportaron las bebidas, el menaje estuvo a cargo de Catering Guadalquivir y Roberto Rey, y las azafatas eran de Azycon.

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