Los sevillanos reclaman el «derecho a jugar sin jugarse la vida»

Entreculturas organizó el pasado miércoles un acto y una mesa redonda en apoyo a los niños que huyen de conflictos armados y aquellos que aún los sufren

Personas de todas las edades, sobre todo niños y jóvenes, participaron en la tarde del miércoles en un acto reivindicativo de Entreculturas creando y volando aviones de papel en el Parque de la Buhaira con mensajes esperanzadores como «Alegría», «Esperanza» o «Sanar», dentro de la Campaña Noland, para reclamar socialmente el Derecho a Jugar sin jugarse la vida. La campaña se desarrolla también en otras ciudades de España como Madrid, Badajoz y Murcia en ocasión de la celebración el próximo 20 de junio del Día Internacional de las personas refugiadas y desplazadas.

La delegación en Sevilla de la ONG quiso tener presentes a aquellas personas que huyen de conflictos armados con un acto en la calle y y con una interesante y participativa mesa redonda en el salón de actos del Centro Arrupe en el sevillano barrio de Nervión, para conocer, profundizar y comentar la campaña Noland así como la difícil situación a la que se enfrentan estos millones de menores en el mundo.

Según informan desde Entreculturas, este año han querido poner el foco en aquellas personas que han huido de conflictos armados como el de Siria, Sudán del Sur, República Centroafricana, Colombia y, más concretamente, en los niños y niñas víctimas y supervivientes de estas realidades que ven truncada su infancia, su derecho a jugar, su derecho a ir al colegio, a no sufrir abusos ni violencia, a vivir en paz, en definitiva, su derecho a ser niños.

El número de refugiados y desplazados internos ascendió a 51,2 millones en 2014, la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial. Dado el auge de conflictos como el de Siria, es de esperar que la cifra haya aumentado este año considerablemente. La mitad de estos desplazados forzosos son niños y niñas, un total de 25 millones que luchan cada día por recuperar su infancia. Pero además de esta cifra, merece la pena mencionar, que en el mundo hay 230 millones de menores, que a pesar de no ser refugiados o desplazados, viven en zonas afectadas por conflictos. Actualmente en África se identifican 8 conflictos armados que han provocado hasta ahora el desplazamiento forzoso de más de 14 millones de personas. Tan solo en Sudán del Sur, más de un millón de niños y niñas no han conocido otra realidad que la de las zonas de desplazamiento y los campos de refugiados.

Para poner cara a esta realidad, Entreculturas ha elegido como protagonista de la campaña “NOLAND, derecho a jugar sin jugarse la vida” a Ghada. Una chica siria que a sus 13 años huyó con su familia buscando refugio en Líbano. Ella cuenta que al principio, ayudaba a su madre en casa. Para ella los días eran tristes y aburridos. Sin embargo, desde hace ocho meses asiste al colegio que Entreculturas tiene junto con el Servicio Jesuita a Refugiados en Líbano, lo que ha devuelto la normalidad a su vida.

Y es que en situaciones de emergencia y de conflicto, la educación es vital para proteger a niños, niñas y jóvenes, promover oportunidades de aprendizaje y de recreación, ofrecer orden, estabilidad y esperanza. En los países afectados por conflictos armados, la educación puede jugar un papel muy relevante en promover una cultura de paz, educando en valores, tolerancia y convivencia.

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