«Lo más duro era no poder darme una ducha al levantarme o ni siquiera mirarme al espejo»
Desde que la pandemia trastocó el país en 2018 y supuso una nueva crisis económica, la cifra de sinhogarismo en España ha aumentado considerablemente, con más de 28.000 personas en esta situación. Pero la percepción que la sociedad tiene de las personas que la sufren se mantiene, cruzándoselos en la calle sin verlos o juzgándolos sin conocer sus vidas. «El sinhogarismo tiene un estigma muy grande, la mayoría los acusa a todos de adicciones o problemas de salud mental cuando lo cierto es que para llegar a esa situación los motivos son de todo tipo», explica Luna Sánchez, coordinadora del programa Housing Led de Hogar Sí en Andalucía, «ves incluso a quienes vivían en una situación privilegiada y la vida se les torció, a cualquiera puede pasarle, más con un empleo tan inestable como tenemos actualmente más con un empleo tan inestable y la situación respecto al acceso a vivienda».
Para paliarlo, desde Hogar Sí impulsan este proyecto innovador en toda España, Housing Led, con el que ofrecen una vivienda compartida temporal para personas mayores de dieciocho años que vienen de vivir en la calle y haber acudido a la red de recursos públicos o privados. En Sevilla son once personas -o clientes como en la asociación prefieren denominarlos- los que participan en este programa gracias a cuatro viviendas. Viven en ella con una total autonomía, para potenciar la normalización, y porque la clave de todo es que ellos sean quien dibujen su futuro, quienes protagonicen el cambio y tomen las decisiones.
Lucía Rueda está a poco de finalizar su estancia en uno de estos pisos de Sevilla tras dos años en él. Ha conseguido un trabajo fijo en una empresa de limpieza. «Estudié auxiliar de enfermería pero no creo que deba cuidar ahora de nadie, debo sanar yo primero», confiesa. Porque su vida no ha sido fácil. Sin familia desde muy pequeña y en centros de protección de menores, esa falta de apego le ha perseguido siempre.
Antes de poder acceder a Housing Led dormía a veces en un coche abandonado, otras en una tienda de campaña o en ocasiones en albergues. «Los prejuicios de la gente no me pesaban tanto, lo más duro era no poder mirarme al espejo o darme una ducha al levantarme», explica con una desgarradora sinceridad, «la vivienda es un derecho».
Para salir de esa situación lo que ofrece la entidad con la vivienda «es un entorno seguro donde recuperarse», según afirma Luna. Una vez en ella, cuentan con un acompañamiento técnico y completamente individualizado donde el cliente es quien solicita los recursos que necesita, desde un apoyo emocional, ayuda para acceder a derechos de plena ciudadanía, asesoría jurídica o cómo recuperar las habilidades sociales, entre otras muchas opciones. Para ellos en Sevilla cuentan con dos profesionales de intervención directa además de otras figuras transversales en la entidad.
«El enfoque de Housing Led está en la fortaleza, potenciamos las capacidad que sí tienen en lugar de centrarnos en las carencias», explica la coordinadora. Porque cada persona que llega al piso lo hace tras haber vivido grandes daños, con traumas terribles. Estar ahí afuera supone soportar maltratos y delitos de odio «y aún así deciden retomar un proyecto, eso demuestra su capacidad de resiliencia».
La fortaleza de Lucía es evidente. Confiesa haber sido humillada y agredida pero no tiene los recuerdos concretos, quiere olvidarlos y centrarse en su proyecto vital. «Me gustaría llegar a los 40 con un ahorro económico y dando una entrada para un piso», sueña esta joven de 34 años a la que le encanta bailar y el cine.
El 65% de las personas que pasan por este programa salen de forma autónoma y generalmente en un año o año medio. En Sevilla han pasado por el programa 22 personas desde que se instauró en 2020. Tras dejar la vivienda, la entidad social realiza un seguimiento para comprobar que se mantiene una estabilidad. «En albergues o grandes superficies la situación se cronifica, mientras que con viviendas con apoyo creemos que se posibilita la inserción», explica.
La Fundación Hogar Sí, conocida en los últimos años también por el apoyo que recibe del actor Richard Gere y su esposa la activista Alejandra Silva, trabaja desde hace más de 25 por que ninguna persona viva en la calle, con el firme propósito de conseguir este objetivo antes de 2030 generando soluciones.. Housing Led es una de ellas. Desarrollado por Hogar Sí en alianza con Asociación Provivienda tanto en Sevilla como en Granada, Madrid, Málaga, Mallorca y Valencia, el proyecto cuenta con financiación tanto pública como privada. Es el caso de Fundación “la Caixa”, quienes lo han seleccionado en la convocatoria de ayudas a proyectos sociales. También el apoyo de los socios supone una importante ayuda.
«El sinhogarismo es la cara más dura de la exclusión, la mayoría de las personas que pasan por esta situación aluden a cómo se deshumanizan en la calle», aporta Luna. Lucía, a su vez, mantiene un mensaje positivo: «al final todo en la vida es actitud, perseverancia y mucho coraje».