Lecciones de solidaridad en un colegio de Dos Hermanas
Comenzaron el curso con un sueño en la cabeza: conseguir una pantalla digital para la escuela del Hospital Infantil Virgen del Rocío. Pero han ido mucho más allá. Se trata del 2º ciclo de Educación Primaria del Colegio Hermenegildo de Dos Hermanas, cuyos alumnos tienen la suerte de contar con un profesor que no se pone límites. «Esto nos mantiene vivos en el cole», explica Miguel Ángel Macías a Sevilla Solidaria, «y los chicos descubren una realidad que existe más allá de lo que conocen».
Conocían a la Asociación El Gancho Infantil de cuando hace tres años colaboraron con la Azotea Azul. Fue su presidenta, Marta Baturone, quien les habló de la necesidad de la pantalla digital, y los profesores de la escuela del hospital mostraron su entusiasmo. Y surgió el proyecto «Pantalla Hazul».
«Cuando se lo contamos a nuestros alumnos, las sonrisas traspasaban las mascarillas, y es que la huella que dejarían en la sociedad, sería eterna», indica Miguel Ángel. Ellos fueron los que diseñaron las chapas, de las que se llegarían a vender más de 4.500. Y los propios alumnos fueron los que se volcaron en venderlas. Así, con la participación de las familias, el resto del colegio, hermandades, empresas y caras conocidas como futbolistas, empresas, cantantes, entrenadores, humoristas y periodistas; se ha llegado a recaudar un total de 11.797,5 euros en solo un mes y medio, cuando el objetivo inicial eran 3.000.
Con todo este dinero, han comprado el panel interactivo de 75” para los niños que pasan tanto tiempo ingresados y que reciben sus clases en el aula del Hospital Infantil Virgen del Rocío. Además han sumado tres tablets de 13”, una demanda que tenían hace tiempo para poder usarlas con los niños que no pueden desplazarse al aula, y que tendrán este medio tecnológico en su habitación. Asimismo, con todo el dinero restante pondrán su granito de arena en el proyecto “Tu casa Azul”. Un proyecto inmenso, que pretende construir una casa con la colaboración de la Fundación Ronald McDonald, para aquellas familias que necesitan acompañar a sus hijos durante largos períodos de tiempo de ingreso, y que no tienen los medios suficientes para pagar un alquiler cerca del hospital.
«Se trata de un ejercicio en clase de sensibilización y empatía que va mucho más allá de recaudar dinero», explica Miguel Ángel. «Además de visualizar los vídeos que nos han grabado en el hospital, los alumnos han realizado trabajos de investigación sobre enfermedades raras que han presentado con la ayuda de Power Point a sus compañeros», añade. Es el cuarto año que este profesor imparte clases en el colegio Hermenegildo y no ha perdido el tiempo. El primer año colaboraron con la Azotea Azul, el segundo con una casa en Sudáfrica para ayudar a niños de la calle, y el tercero llevaron a tres perros de una protectora al colegio para concienciar de la adopción. «No me gusta la monotonía», bromea, «es importante que los niños se sientan parte activa de la experiencia». Es por ello, que cada uno de sus alumnos se siente feliz sin haber recibido aún sus propios regalos, porque han aprendido que, en la mayoría de las ocasiones, es más satisfactorio regalar que recibir.