La leucemia de su hijo empuja a esta madre sevillana a crear una asociación y luchar por una cura

Con su hijo Pablo recuperándose tras un trasplante, a Carmen Martín ya no le asusta nada y ha fundado «Sonríele a la leucemia» con la que lograr que la leucemia infantil sea «100% curable»

Vivir la lucha por la vida de un hijo por culpa del cáncer te marca para siempre. Carmen Martín, de Castilleja de la Cuesta, lo supo hace un año, el primer día que entró por la puerta de la planta de oncología del Hospital Infantil Virgen del Rocío con su hijo Pablo. Vio el grupo compacto que formaban los padres allí dentro, apoyándose como nadie más sabe, y, por desgracia, tuvo que llorar la pérdida, uno tras otro, de niños que había ido conociendo.

Ella ha tenido más suerte en este duro camino. Después de que Pablo, con 12 años, pasara por cuatro tratamientos de quimioterapia por fín llegó una buena noticia: un trasplante de sangre de cordón umbilical gracias a la compatibilidad de un donante. Y la intervención se realizó el pasado febrero, fecha que sienten como un nuevo cumpleaños para Pablo. Entre continuas revisiones para un seguimiento exhaustivo, su madre no quiere pasar página, y está dispuesta a cambiar a mejor todo lo que suponga aumentar la posibilidad de supervivencia de esos jóvenes pacientes.

El pasado 2 de julio Carmen, madre de otros tres hijos junto a Pablo, ha creado la Asociación «Leucemia Mieloide Aguda Leucemia Mieloide Crónica Sonríele a la leucemia» apoyada por un grupo de personas con el mismo objetivo. Hay otro padre de un niño con esta enfermedad, así como vecinos de Castilleja y de Mairena. «Hablamos de niños, se diagnostican alrededor de 800 casos al año en España, y cada vez más; tenemos que conseguir que la leucemia sea 100% curable», afirma a Sevilla Solidaria. Para conseguirlo Carmen, presidenta de la asociación, se plantea varios objetivos concretos, para los que ya está concretando reuniones con los diferentes partidos políticos.

Objetivos de «Sonríele a la leucemia»

En primer lugar, fomentar la donación de cordón umbilical. «El Banco de Cordón de Málaga está lleno y ya no dejan a las madres donar, queremos que se amplíe o se construya otro, mi hijo tuvo un trasplante de células madre a través de un cordón y es muy importante que cada niño pueda tener el suyo», explica. En segundo lugar, continuar con la visualización de la donación de médula ósea, para lo que la asociación tiene previsto realizar actividades en universidades.

«También queremos servir de intermediarios entre los médicos del hospital y el gobierno para agilizar todos los procesos», añade, «y es que cualquier tratamiento que esté fuera del protocolo necesita de una burocracia que frena su puesta en marcha, cuando un mes lo significa todo para la curación de un niño». Y es que el tiempo es un gran enemigo en esta lucha. Cuando Pablo recibió el último tratamiento de quimioterapia tenía un mes para conseguir un cordón, si no lo hubiera encontrado, la opción era la donación de médula de su madre, que suponía solo un 50%.

Por último, Carmen hace referencia a las trabas a las que se enfrentan las familias para cuidar de un hijo con cáncer. «La conciliación laboral es difícil a pesar de las ayudas, porque hay, por ejemplo, muchos padres autónomos o también separados, yo soy una de ellas, hay que adaptarse a los nuevos modelos de familia».

Los apoyos a esta nueva asociación ya están llegando. En su localidad, Castilleja de la Cuesta, se ha celebrado a finales de junio una gala benéfica con actuaciones musicales con la colaboración de 25 empresas y el Ayuntamiento local. Así, este evento no solo consiguió dar a conocer la asociación, sino que se recaudaron 800 euros para la construcción de una Unidad de Oncohematología para Adolescentes con Andex y 1800 euros para la Fundación Josep Carreras y la investigación del cáncer infantil. Y ya tienen en mente próximos eventos para septiembre. A Carmen no le asusta enfrentarse a los políticos. «Más duro que la enfermedad de mi hijo no puede ser nada», afirma con rotundidad.

El apoyo a #YosoyPablo

La historia de Pablo la dio a conocer su madre en un grupo de Facebook. Allí contaba a diario cómo era su vida, los partes médicos o la labor de los voluntarios en el hospital que lo hacían todo mucho más llevadero. Quería contar una historia real, cercana, para dar visibilidad a esta enfermedad y a quien pasa por ella. El apoyo de la gente le ha dado el impulso necesario para continuar más allá con «LMA LMC Sonríele a la leucemia», tanto de personas anónimas como de rostros conocidos como los futbolistas Joaquín o Sergio Ramos. El primero de todos estos apoyos Pablo, apasionado del fútbol, incansable y algo vergonzoso que supera sus miedos escénicos para estar ahí, junto a su madre, en esta dura lucha personal que han extrapolado al resto de niños y jóvenes.

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