La incansable labor solidaria de Cáritas de Santiago en Utrera

Decenas de personas han acudido a la jornada de clausura de los talleres que imparte este organismo

Desde hace más de seis décadas Cáritas parroquial de Santiago el Mayor de Utrera lleva a cabo una incansable labor solidaria en Utrera a favor de las personas a las que les ha tocado discurrir por la vertiente más complicada de la vida. Siempre han estado ahí, para atender las necesidades primarias de las personas necesitadas, para ofrecer formación que sirva para encarar el futuro con esperanza o simplemente como una mano amiga para escuchar en los momentos complicados.

Como es lógico, en los últimos tiempos de fuerte crisis económica, este colectivo ha tenido que redoblar los esfuerzos para poder atender el aluvión de peticiones de ayuda que recibe, dando respuesta en la actualidad a las necesidades más básicas de unas trescientas personas, de las que más de cien son menores. Cáritas ofrece a estas personas alimentos, calzados, pagos de recibos de luz, agua, alquiler o compra de electrodomésticos.

Pero los responsables de este organismo solidario están convencidos de que ofrecer una formación especializada a estas personas es casi tan importante como atender sus necesidades más elementales, por eso ponen en marcha una serie de talleres para que puedan aprender un oficio, y de esta manera acceder al mercado de trabajo.

Este curso, Cáritas ha llevado a cabo talleres de repostería, de corte y confección, de inmigración con los Médicos del Mundo, Geriatría, cursos de apoyo escolar, inglés, francés y español para extranjeros. En cada uno de estos talleres han participado unos veinte alumnos, que con ilusión han tratado de aprender todo lo posible para ser ellos los propios diseñadores de su futuro. Recientemente ha tenido lugar un emotivo acto de clausura de estas actividades hasta el comienzo del nuevo curso.

Una iniciativa que tiene realmente mucho mérito, ya que hay que tener en cuenta que los profesores y los voluntarios que imparten estos cursos no reciben ningún tipo de salario, al igual que a los participantes no se les exige cuota económica alguna. Cáritas siempre ha recibido ayudas por parte de instituciones, empresas privadas y particulares para el desarrollo de estas actividades, algo que agradecen hondamente, pero reconocen que en la actualidad el apoyo resulta insuficiente, por lo que aseguran que están «buscando padrinos para poder seguir llevando a cabo estos talleres».

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