Una vez dejada atrás la Semana Santa sin pasos en la calle, la desilusión está puesta en la confirmación de un 2020 que tampoco tendrá Romería al Rocío. Pero desde la Hermandad del Rocío de Tocina no quieren renunciar a ella y proponen a sus hermanos y todo aquel que quiera colaborar un camino alternativo, simbólico. «Porque la solidaridad es la forma más bonita de llegar hasta la Virgen», expresa el Hermano Mayor Carlos Ramírez a Sevilla Solidaria.

Así, la hermandad ha puesto en marcha este pasado martes la iniciativa «Al Rocío por Cáritas» con la que recaudar alimentos y donativos económicos. «Desde que se decretó el Estado de Alarma queríamos colaborar con la sociedad como han hecho tantas hermandades», explica Ramírez, «muchas se han volcado en confeccionar mascarillas caseras y nosotros hemos querido centrarnos en tantas familias que lo están pasando mal económicamente».

Cáritas Parroquial de Tocina confirmó la urgencia de donaciones ante la demanda de ayuda por parte de numerosas familias, por lo que la Junta de Gobierno se puso manos a la obra. La campaña «Al Rocío por Cáritas» se basa en dos opciones. Por un lado las cuotas de camino, con la que los hermanos pueden hacer una donación al número de cuenta de La Caixa: ES31 2100 8407 7622 0006 7117. Se ha propuesto 20 euros por un camino completo simbólico, y 10 euros por un fin de semana, aunque cualquier donación, mayor o menor, es bienvenida.

Por otro lado, la hermandad llama a llenar las carriolas por Cáritas. Con esta medida, los participantes pueden donar alimentos en distintos establecimientos de Tocina, que se irán anunciando en el perfil Facebook de la hermandad. En la zona de cobro habrá una caja donde depositar la compra destinada a Cáritas de productos no perecederos.

Todo lo recaudado irá íntegramente a Cáritas Parroquial de Tocina y Cáritas Parroquial de Los Rosales, a las que la hermandad ya ha hecho una primera entrega de productos y dinero a través de su obra social, debido a la necesidad urgente de ayuda. «Cuando anoche anunciamos la campaña me sentí totalmente abrumado», confiesa el hermano mayor, «porque no solo recibimos mensajes de felicitación sino también numerosos pantallazos de las transferencias que los hermanos ya estaban haciendo».