«La gente no es consciente del gasto que supone un cáncer para una familia»
«Creo que la gente no es consciente de lo que supone un cáncer y el gasto que implica para una familia; el dinero no cura pero sirve de mucho en una enfermedad», expresa con resignación Francisco Couso. A su hija Aida, de 21 años, le diagnosticaron un rabdiomiosarcoma el pasado mes de noviembre y desde ese mismo instante todos en la familia viven una lucha constante. Ella ha tenido que dejar a un lado por el momento la carrera de Psicología que estudiaba y, vecina del Puerto Santa María, Aida debe desplazarse hasta Sevilla para cada tratamiento o consulta en el Hospital Universitario Virgen del Rocío, donde se encuentran los especialistas en su cáncer. Es duro de llevar, tanto física como psicológicamente.
«Las primeras semanas después del diagnóstico estábamos aún asimilándolo pero una doctora que sabía que éramos de Cádiz nos dijo que habláramos con la trabajadora social para que nos pudieran ayudar», recuerda Francisco. Y así contactaron por primera vez con la delegación en Sevilla de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), con unos recursos y un apoyo que Francisco desconocía totalmente que pudieran ofrecer. El más importante: poder vencer la distancia con un piso de acogida en Sevilla.
Durante los nueve ciclos de quimioterapia a los que se ha sometido Aida, la AECC le ha facilitado una vivienda donde alojarse ya que en cada sesión debían permanecer al menos dos o tres días en Sevilla. «Para nosotros es imposible alquilar un piso en estos momentos», confiesa Francisco, parado actualmente. Su mujer cobra una pequeña pensión por invalidez.
La quimioterapia ha dado buen resultado, y ahora Aida se encuentra bien controlada pero debe comenzar con la radioterapia este mismo miércoles. Eso significa acudir al hospital una vez al día durante cerca de dos meses y desplazarse 120 kilómetros dos veces al día. «En primer lugar, para ella es un desgaste físico porque no está bien, y en segundo, el gasto en gasolina sería muy grande para nosotros», expone su padre. Para solucionarlo permanecerán de forma gratuita en una residencia de la AECC durante este tiempo.
La asociación cuenta en Sevilla con este alojamiento en los Bermejales, que solía acoger a cinco familias pero, al contar con zonas comunes como la cocina o el salón, han tenido que dejarla para una sola y mantener así las condiciones apropiadas para resguardarse del Covid-19, un riesgo especialmente alto para enfermos con cáncer. Aida y su madre la ocuparán las próximas semanas, mientras Francisco permanece en El Puerto con su otro hijo de 16 años.
37 pisos de AECC para personas con cáncer en toda España
En toda España la entidad dispone de 37 pisos de acogida y residencias para personas afectadas por cáncer y sus familiares, con el objetivo de que cuenten con alojamiento gratuito mientras reciben tratamiento. Están situadas en 23 ciudades, todas con hospitales que incluyen entre sus servicios oncología pediátrica, oncología médica y oncología radioterápica.

En Sevilla, además de la residencia en Los Bermejales, cuentan con dos viviendas en Triana y dos en el Arenal, cedidas por personas que altruistamente quieren colaborar. También en Triana han debido dormir Aida y su familia los meses anteriores, y hablan del piso con entusiasmo. «Tienen de todo, con su WIFI y su aire acondicionado perfecto». A lo largo de este año, 20 familias han podido utilizar este servicio con el fin de afrontar los gastos de desplazamiento y el coste económico que supone permanecer largo período fuera de su domicilio.
De hecho, la AECC también ha ayudado económicamente a la familia de Aida para gastos de comida o desplazamiento hasta el hospital. Se trata de una asociación veterana que ofrece durante todo el año actividades orientadas a aumentar el bienestar, como prevención, atención psicológica, acompañamiento, así como conferencias, charlas o talleres, o la entrega de artículos necesarios y costosos como camas articuladas. «No tengo cómo agradecerles lo que están haciendo por nosotros, siempre tan amables, no sé cómo hubiéramos podido llevar todo esto sin ellos», expresa Francisco.