La Duquesa de Alba acude por fin al Rastrillo
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Fue la gran ausente en la inauguración del Rastrillo el pasado jueves y ayer sorprendió a los asistentes con una inesperada visita, dejando claro que el catarro que padecía ya era cosa del pasado. La Duquesa de Alba, presidenta de honor de Nuevo Futuro en Sevilla, apareció pasadas las cuatro de la tarde en el hotel Meliá Lebreros acompañada de su marido, Alfonso Díez, y de su inseparable Carmen Tello. Después del revuelo que causó su presencia, se dirigió al puesto de Las Canasteras, perteneciente a la Casa de Alba, y se sentó a observar un álbum con fotos de Curro Romero que la mujer del diestro le mostraba con detalle.
La tarde se presentaba animada, con más presencia de público joven que en días anteriores y muchas pandillas que decidieron comer y pasar la sobremesa en este espacio benéfico. En los puestos, buen sabor de boca en esta tercera jornada. «Poco a poco se van animando a comprar. Vendemos sobre todo complementos para la Feria», decía José Rojas, de Azafrán Antigüedades, que lleva 20 años acudiendo a esta cita. «Antes la gente aprovechaba el Rastrillo para adquirir muebles, ahora se llevan artículos pequeños, pero siguen comprando».
En la tómbola, muchas menos muñecas que el primer día. «Es lo que más gusta. A una señora le tocó un curso de yate valorado en 400 euros y prefirió cambiarlo por una muñeca», decían las voluntarias.