En una sociedad que envejece a pasos acelerados, hablar de vejez ya no significa sólo hablar de dependencia. La Fundación “la Caixa” lleva años impulsando un cambio de mirada sobre esta etapa de la vida a través de su Programa de Personas Mayores, gracias al que cada año participan medio millón de personas en actividades formativas, culturales y sociales que promueven el bienestar, la salud y la participación activa.

Este trabajo se ha visto reforzado con un sólido soporte académico, la Cátedra Social de la Fundación “la Caixa”. Ambas iniciativas comparten un mismo propósito: comprender, acompañar y empoderar a las personas mayores desde la investigación y la acción. «El objetivo siempre ha sido abordar temas especialmente sensibles, como la vejez, la atención y la inserción», explica el director de la cátedra, el profesor José Luis García Delgado y uno de los impulsores de las muchas iniciativas que plantea el proyecto.

La Cátedra Social de la Fundación “la Caixa”, creada para promover la reflexión sobre los grandes retos sociales, ha servido de base para nuevas líneas de investigación sobre el envejecimiento. Su misión es clara: estudiar las necesidades y aspiraciones de las personas mayores, generar datos y propuestas de valor, y aportar conocimiento que permita diseñar políticas y programas más eficaces.

Reto y oportunidad

España es uno de los países más envejecidos de Europa y, según las proyecciones, en 2030 una de cada cuatro personas tendrá más de sesenta años. Esta situación demográfica plantea desafíos en ámbitos como la salud, la economía y las relaciones sociales, pero también abre una oportunidad para repensar el papel de las personas mayores en la sociedad. «Nos estamos volviendo sociedades longevas, que vienen sin manual de instrucciones, y hay que hacer un esfuerzo colectivo por integrar ese talento en la sociedad», sostiene Javier Yanguas, doctor en Psicología y director científico del Programa de Personas Mayores de Fundación “la Caixa”.

Si la cátedra representa la mente analítica, el Programa de Personas Mayores es el corazón analítico que convierte conocimiento en acción con más de 18.000 actividades al año en toda España, desde talleres de memoria o bienestar emocional hasta cursos de competencias digitales o actividades artísticas. «Es el primer programa y el decano de nuestra institución», destaca David Velasco director de Departamento de Personsa Mayores en Fundación “la Caixa”.

Los centros propios y concertados de la Fundación son puntos de encuentro donde las personas mayores no solo aprenden, sino que también enseñan, comparten y construyen comunidad, explica Velasco. La colaboración entre el ámbito académico y la acción social permite a la Fundación “la Caixa” avanzar hacia un modelo más integral de atención a las personas mayores, como el programa Siempre acompañados que tiene el objetivo de combatir los efectos de la soledad no deseada que padecen muchas persones mayores. En este sentido el 1 de octubre lanzó una campaña de sensibilización “La llamada de la soledad” para concienciar a la Sociedad de esta problemática.

En ese sentido, Javier Yanguas sostiene que «la vejez se ve igual a decrepitud, enfermedad o deterioro, pero es una visión muy antigua porque se habla de las últimas fases de la vida. Pero lo que está pasando ahora es que está surgiendo una nueva etapa entre los sesenta y setenta y algo, que es un momento de desarrollo y crecimiento», argumenta Yanguas. «Meter en el mismo saco treinta años de vida es una aberración intelectual y personal», amplía.

Virar la visión del envejecimiento en lugar de un problema como una oportunidad es otro de los retos a los que se enfrenta la sociedad actualmente, coinciden los expertos. «Estamos en un momento de tránsito, hemos sido sociedades en las que las personas mayores formaban un grupo reducido, pero gracias a la inversión en salud y aumento del bienestar, la sociedad es longeva», define Yanguas, sobre la situación a la que se enfrenta España: 14 millones de nuevos jubilados en los próximos años. «En las sociedades que envejecen no se puede prescindir del talento de ese 30% de la población porque, ¿en qué nos vamos a convertir?», se cuestiona Yanguas.