Doctor Marcos Gómez Sancho

«En España aún mueren pacientes con unos sufrimientos evitables»

Este martes, a las 18 horas, dará en el Colegio de Médicos la conferencia inaugural del curso para el voluntariado de la Asociación Española contra el Cáncer

El doctor Gómez Sancho es todo un referente internacional en cuidados paliativos, a los que se ha venido dedicando desde 1989 a raíz de una experiencia personal. Entre sus muchas distinciones destaca la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y el galardón «V de Vida» que le otorgó en 2013 la Asociación Española contra el Cáncer.

-Su charla de este martes versa sobre los cuidados paliativos y la atención integral no sólo al paciente terminal sino también a sus familiares...

-Sí, porque se trata de una atención a la persona como ser humano enfermo. Desgraciadamente la Medicina actual, que se ha desarrollado a expensas de los aspectos físicos, olvida con demasiada frecuencia al individuo con sus problemas psicológicos, sociales y espirituales. Por eso, la otra característica de los cuidados paliativos es la incorporación de los familiares, que forman parte del universo de la persona enferma, y son un objetivo por partida doble: como cuidadores del paciente, pero también como receptores de cuidados, ya que hay quienes lo pasan peor que el propio enfermo. Una novedad importante, además, la constituye el trabajo en equipo (médicos, psicólogos, sacerdotes, voluntarios...) para intentar dar respuesta a las múltiples necesidades que se plantean. Porque nuestra finalidad no es ni la de acelerar el final del enfermo por ningún tipo de eutanasia, ni prolongar la agonía, sino respetar el tiempo de vida que le quede y dedicarnos a cuidarle a él y a sus familiares lo mejor posible.

-¿Hay que estar hecho de una madera especial para esto?

-Hay que estar hecho de una madera especial para dedicarse a cualquier cosa. A mí los cuidados paliativos me han llenado profesionalmente de una manera tremenda. Es verdad que estar en contacto diario con el dolor, con el sufrimiento... puede llegar a ser muy duro, pero es también mucho lo que recibimos a cambio, ya que los enfermos son muy agradecidos y nos enseñan mucho cuando se sienten acompañados y ayudados. Nos enseñan a escalonar los valores de forma muy distinta a como lo hacíamos.

-¿Se percibe la muerte, entonces, de una manera menos traumática?

-Efectivamente. Al contrario de la inmensa mayoría de los médicos que ven la muerte como un fracaso profesional, nosotros no la vemos así sino como parte de la vida, como el precio que paga todo ser pluricelular desde el mismo momento que nace. Fracaso para nosotros es que se muera con dolor, en una crisis de pánico o con una familia excesivamente angustiada... El avance más importante, desde el punto de vista cualitativo, de la Medicina de fines del siglo XX y principios del XXI ha sido el desarrollo de los cuidados paliativos.

-¿Cómo se está dispensando en España esta asistencia?

-En nuestro país, a pesar de los avances experimentados, continúan muriendo muchos enfermos con unos sufrimientos perfectamente evitables y queda bastante camino por recorrer.

-¿Están preparados, entonces, los hospitales públicos para estos cuidados? ¿tienen los medios suficientes?

-Algunos sí y otros no. En España depende de la sensibilidad de diecisiete consejeros de Sanidad y de su grado de inteligencia. Andalucía se halla en un estado intermedio, cuenta con unos excepcionales profesionales y estupendos equipos, pero le queda conseguir una mayor cobertura. Tanto profesional como humanamente, el final de la vida no debe considerarse un privilegio sino un derecho de los enfermos.

-Usted es un defensor acérrimo del humanismo médico, ¿es este ámbito dónde más necesario se hace?

-Por supuesto. En un enfermo incurable, que va a tener un contacto prolongado con los profesionales de la Salud, en una situación absolutamente límite como el final de la vida, el humanismo cobra un interés particular. La relación médico-enfermo hay que recuperarla urgentemente. Estos principios que promovemos se deberían aplicar a todos los enfermos. Creemos en este sentido que los cuidados paliativos están abanderando un cambio muy deseable en la atención a los pacientes.

-¿Pueden suponer los recortes un obstáculo para ese propósito?

-Claro que sí. Las plantillas de los servicios de Salud de toda España han estado siempre muy justas, nunca sobraba nadie. Si esas plantillas disminuyen, como lo están haciendo, no hace falta ser un perdiguero para darse cuenta de que, antes o después, eso repercutirá en la calidad de atención a los enfermos.

Comentarios