El verano que todo niño se merece

Especialmente tras un año tan complicado donde han sido prudentes y colaboradores, más de 1900 niños en Sevilla sin recursos tienen la opción de participar en las colonias urbanas del programa CaixaProinfancia, entre ellas, la ofrecida por Sevilla Acoge

Unos treinta niños cantan, ríen, corren y juegan a la sombra en el Parque del Alamillo. Les pintan las caras y buscan el tesoro en una gymkhana con temática de piratas. Este es solo uno de los días que les tiene preparado este verano la Fundación Sevilla Acoge a través del programa CaixaProinfancia. El pequeño Hamza, de 10 años, con lo que más disfruta es con la piscina y está deseando ir a Guadalpark e Isla Mágica. «Esta escuela es muy divertida, hay muchas salidas», cuenta mientras pintan parches a sus compañeros y su hermana pequeña. Visita al Museo de las Ilusiones, al cine, a un «escape room»... nada de esto sería posible para estos menores si no fuera por este programa. «La posibilidad que nos da la Caixa a las entidades y las familias es de ofrecer un verano divertido y constructivo a niños que, si no, tendrían que pasarse todas las mañanas en casa mientras sus padres trabajan», cuenta Tere Muro, subdirectora de Sevilla Acoge y coordinadora de su programa Infancia y Juventud.

A través de esta entidad se atiende en la colonia urbana a un total de 90 menores durante 9 semanas, diez de ellos de Triana y el resto del barrio de La Macarena, de entre 6 y 18 años. Por cada diez menores cuentan con un monitor y un voluntario para atenderlos. Sevilla Acoge es solo una de las 13 entidades que ofrecen colonias urbanas en el programa de CaixaProinfancia en Sevilla, con la participación de más de 1600 menores.

Las acciones de educación no formal y tiempo libre de este programa, como las colonias urbanas del periodo estival, no solo son una salida para padres que no tienen donde dejar a sus hijos. Atendiendo a su carácter abierto y lúdico, favorecen el desarrollo de muchas capacidades en los niños. Desde el aprendizaje de hábitos saludables en el ocio, a la ampliación de recursos personales y la creación de espacios de socialización donde desarrollar y aprender derechos y deberes sociales y educación y práctica de la ciudadanía y de la democracia. Todo ayuda, además, al desarrollo de las habilidades sociales, la autoestima y la construcción de experiencias en las que se desarrollan relaciones y vínculos positivos con personas adultas y otros iguales.

De los monitores que están con ellos esta mañana en el Alamillo destaca Morad. Por su altura y voz potente es el primero que se escucha junto a sus compañeras Rocío y Lucía. Los niños le llaman por su nombre continuamente y le siguen a todas partes. Él puede ponerse en el lugar de los menores más que nadie. Fue usuario de la asociación cuando era joven, llegó a Sevilla de Marruecos cuando tenía 9 años. «Me motivó mucho la experiencia en la asociación y cómo me acompañaron a mi y a mi familia», cuenta. Estudió integración social y a punto está de ser educador social para seguir dándolo todo como monitor en un lugar donde creó vínculos y al que se siente agradecido. «No ocurre siempre, porque cada uno tenemos una inquietud, pero hay otros chicos en el grupo de adolescentes que también están ayudando», cuenta. Grupo de jóvenes que también es beneficiario de la colonia urbana con CaixaProinfancia pero con los que se planifica las actividades con su participación y sugerencias.

«En casos como el de Morad se ve claramente la transferencia de valores que aportamos», cuenta Tere, «son casos de éxito». También desde la entidad tienen muy en cuenta la multiculturalidad en su equipo, al igual que existe entre los beneficiarios. «En el personal técnico tenemos personas de España, Perú, Argentina, Brasil, Marruecos, El Salvador... la diversidad beneficia y da otra perspectiva», indica Tere. Se aprecia también en los voluntarios. Tres chicas les acompañan hoy: Kelly, Giusy y Shoroq, de Francia, Italia y Jordania, respectivamente, que colaboran a través del Programa Cuerpo Europeo de Solidaridad.

Son profesionales y voluntarios no solo para las colonias urbanas. Sino que se mantienen el resto del año en el Centro Abierto con refuerzo educativo,  también dentro del programa de la Fundación la Caixa. Las familias de estos menores están en una situación vulnerable, económicamente no pueden cubrir los gastos propios de mantener una casa, así que menos aún de ofrecer una alternativa de ocio a sus hijos. De hecho, durante el confinamiento la Fundación la Caixa ofreció una partida económica especial para que las entidades pudieran ayudar a estas familias en una situación desesperada.

Sevilla Acoge es una entidad referente y prestadora de servicios. Su objetivo principal es ir más allá y trabajar con las familias con un itinerario personalizado donde le ofrecen formaciones, clases de español, un programa laboral o asesoramiento jurídico para apoyarles de una forma integral. Los padres se sienten agradecidos y se vuelcan e implican con la asociación. De hecho, en el desayuno en el parque los monitores también reparten unos dulces hechos por una madre con ocasión del Día del Cordero.

«Todo el mundo no nace con la posibilidad de tener un ocio saludable, esta es una manera de disminuir las desigualdades que sufren los niños», cuenta Tere.

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