El «milagro» con el que Isabel y su hermana han enviado juguetes desde Jaén a siete niñas vulnerables de Utrera
Por suerte, Isabel Fuentes y su hermana Mari Carmen pudieron disfrutar este miércoles de los vídeos que le enviaron desde Utrera, donde siete niñas nigerianas amparadas por las Hermanitas de la Cruz, recibían los juguetes que ellas dos le habían comprado y empaquetado con cariño. No estaba claro hasta hace poco. Lo enviaron por SEUR desde Arjona, en Jaén, una semana antes de Navidad, pero justo dos días después ingresaron de urgencia a Isabel con carácter muy grave. «Llamé a Mari Carmen para darle las gracias y decirle que habían llegado bien y me contó la gravedad en la que estaba su hermana», explica a Sevilla Solidaria Lorena Leyva, fundadora de la asociación Corazones con Bata.
Lorena atribuye a un milagro que en Navidad su amiga de Arjona volviera a casa, más aún después de que las hermanas de la Cruz le dedicaran sus rezos. «La madre superiora, cuando se lo conté, me dijo que Dios le había dado más vida para que siguiera ayudando», cuenta Lorena.

Tanto Isabel como Mari Carmen se ofrecieron a hacerse cargo de los regalos de las siete niñas, aunque finalmente fueron un total de 21 menores a las que Corazones con Bata se acercó el miércoles para entregar juguetes, gracias a lo recaudado en el mercadillo navideño puesto en marcha en Tomares. Esta acción solidaria también llegó este jueves al convento Santa Isabel de Sevilla, donde la asociación entregó alimentos y también juguetes para 43 niños, víctimas de violencia de género.

«Como solemos hacer, además intercambiamos nuestros corazones por alimentos», añade Lorena. Así, entre otras acciones realizadas estas navidades, 400 corazones de tela bordados por voluntarias -bonita iniciativa por la que nació esta asociación- lograron en el colegio La Salle Felipe Benito 400 kilos de alimentos que fueron entregados a la Hermandad de la Macarena para su obra social.
Corazones desde toda España
La iniciativa solidaria de Corazones con Bata comenzó en Castilleja de la Cuesta para hacer llegar durante la pandemia corazones bordados a médicos y demás profesionales que seguían dándolo todo en las semanas más difíciles. Con el tiempo voluntarios del resto de Sevilla y después de toda España se iban sumando más y más para confeccionar corazones en sus casas. Cuando lo peor del Covid pasó, la asociación se organizó y empezó a intercambiar estos corazones por juguetes y alimentos, así como desarrollar otras campañas por ayudar todo lo posible a las personas más necesitadas.