El arte de Alalá se funde con Alejandro Sanz
A Manuel Rubio no le tiembla el pulso cuando se acomoda la guitarra sobre los rodillas y hace magia frente al público. Está acostumbrado a sus 21 años después de tantas actuaciones, como la del pasado año en el Teatro de la Maestranza. Pero hacerlo frente a miles de personas en el WiZink Center de Madrid y junto al maestro Alejandro Sanz es otra historia. Los nervios bailaban por dentro. Aunque, al menos por fuera, no se apreciaban. Ni a él ni a los otros diecisiete niños y jóvenes llegados del Polígono Sur en Sevilla y de Estancia Barrera en Jerez se les advertía inseguridad ninguna cuando subieron al escenario el pasado 29 de junio en Madrid en la gira «Sanz en Vivo» para acompañar al artista en uno de sus temas más conocidos: Corazón Partío. Un auténtico sueño para estos jóvenes apasionados del flamenco que se sumaron a la lista de invitados del cantante en el concierto junto a artistas de renombre como Nathy Peluso y Dani Martín e incluso la propia hija de Alejandro, Alma.
«Queríamos hacer algo muy especial, invitar a unos artistas que vienen del barrio de las Tres Mil Viviendas en Sevilla», expresó el artista para presentar a estos chicos, «la Fundación Alalá se encarga de dar a estos artistas, muy jóvenes, la oportunidad de hacer su vida alrededor de la música». Junto a él, se veían, emocionados, alumnos de guitarra, baile, cante y percusión de las Escuelas de Arte de esta entidad social.
Manuel Rubio cogía la guitarra de su padre desde que era pequeño y una vez que fue creciendo se apoyó en vídeos de Youtube para sacarle partido. La Fundación Alalá le cambió la vida. No solo porque su maestro, Emilio Caracafé, a quien siente como de la familia, le enseñó a tocar la guitarra y saber estar en un escenario, sino también por todo lo que le inculcó desde que llegó a los catorce años. «Yo no quería estudiar, solo estar en la calle y jugar al fútbol, pero me ayudaron a centrarme, acabé la ESO y me concedieron una beca en la Fundación Cristina Heeren». Este verano se ha buscado un trabajo de mozo de almacén y en septiembre seguirá estudiando flamenco y ofreciendo actuaciones en tablaos. «No sé qué hubiera hecho sin la fundación», confiesa este guitarrista.
«Estar con nosotros requiere disciplina y compromiso de parte de los alumnos», explica Blanca Parejo, directora de Alalá, «estamos muy en contacto con las familias y los colegios para que mantengan un nivel académico». La fundación apoya la integración social a través de la educación de niños y jóvenes en riesgo de exclusión social, potenciando la formación en valores y utilizando como herramienta de motivación la cultura, el arte y el deporte. Hay alumnos que apuestan por un futuro laboral orientado a estas disciplinas y otros que deciden apostar por un grado, a los que apoyan con becas en la Universidad Loyola.
«Para nosotros es muy importante la colaboración de las empresas que apoyan nuestro proyecto social, en este caso la participación de nuestros alumnos en el concierto ha sido posible gracias a EY y su presidente Federico Linares, que es a su vez vicepresidente de la fundación», resalta Blanca.
Extensión a Jerez de la Frontera
La labor de la Fundación Alalá nació en el Polígono Sur pero hace tres años que no para de crecer también en el barrio de Estancia Barrera de Jerez de la Frontera. De allí es Samuel Romo, quien con solo 12 años impresionó al jurado de La Voz Kids cantando por Camarón de la Isla. Ahora, en el WiZink Center con 19 años le ha puesto los coros a Alejandro Sanz y en el fin de fiesta del concierto ha cantado por bulerías, con su compañero Manuel Rubio a la guitarra, para que los pequeños de la fundación se arrancaran a bailar, logrando que todo el público los ovacionara.
«Intimida mucho estar con el maestro», confiesa aún emocionado por la experiencia, «pero todos vimos que era un hombre muy sencillo». Samuel, que tiene a José El Berenjeno como profesor de cante en la Escuela de Arte de Alalá, tiene como referencia al flamenco más puro y ortodoxo con figuras como Manolo Caracol o Marchena, «pero me gustan también artistas de hoy como Israel Fernández o Niña Pastori». Poder cantar con Alejandro Sanz ha sido todo un sueño.
«Ojalá pudiera vivir de esto pero sé que es difícil», confiesa Samuel con sinceridad. Precisamente para asegurar un buen futuro ha trabajado duro para terminar bachillerato este año y ahora comienza a estudiar para conseguir una plaza como funcionario de presiones. Mientras, para tener unos ingresos pasa el verano de cajero en un comercio. «En Alalá le inculcan a los más pequeñitos lo importante que es estudiar», explica Samuel.
«Muchos de los chicos me han comentado cómo se han dado cuenta de que los esfuerzos compensan en la vida, venir a clase e implicarse ha dado sus frutos», cuenta Blanca Parejo. Esa constancia acudiendo a los talleres se premia con actividades como la participación en el concierto de Alejandro Sanz, al que acudieron los mejores alumnos. «Ellos al fin y al cabo son el futuro del flamenco», sentencia Blanca.