¿A dónde y para qué sirven los tapones que reciclamos con fines solidarios?

Una asociación nazarena lleva un tiempo recaudándolos para sufragar los tratamientos de niños con enfermedades

En los últimos meses se ha hecho más que frecuente encontrar alguna de sus cajas para depositar tapones de plástico con fines solidarios en los establecimientos comerciales, edificios públicos, clubes sociales o colegios de Dos Hermanas. Quien está detrás de este sistema de reciclaje con un objetivo benéfico es la Asociación Tapones Solidarios del Sur, cuyos integrantes se afanan este verano en mantener el mismo ritmo de recaudación que durante el resto del año, pese al periodo estival. «Ahora se recogen menos tapones porque los colegios están cerrados y suelen ser uno de los puntos donde más se recauda», explica Miguel Rubio, presidente de la asociación que nos recibe en la sede de la Asociación de Vecinos Juan Ramón Jiménez, donde tiene su punto de encuentro este colectivo.

En la actualidad, la asociación cuenta con casi un centenar de cajas repartidas por toda Dos Hermanas donde los ciudadanos depositan sus tapones de plástico que luego el colectivo lleva a una planta de reciclaje para venderlos y destinar los beneficios obtenidos a ayudar a niños con algún tipo de enfermedad. «Cada dos semanas aproximadamente hacemos rondas por los establecimientos para ver si están llenas las cajas», explica, «hay puntos de recogida que funcionan muy bien como la biblioteca, un estanco que hay en la calle Doctor Fleming, o esta propia asociación de vecinos».

Pero, ¿a dónde van a parar los tapones que los ciudadanos depositan en esas cajas? Un grupo de unas ocho personas es el encargado de recoger las cajas de los comercios, colegios y demás espacios donde se encuentran cuando están llenas. Habitualmente lo hacen en una furgoneta que alquilan para ello, aunque el objetivo futuro es poder adquirir una propia para realizar estos transportes.

Dos euros por una bolsa de tapones

Los tapones de plástico se van depositando en la propia sede de la Asociación de Vecinos Juan Ramón Jiménez de la ciudad nazarena y en el Punto Limpio de Montequinto, hasta que cuando se consigue llenar por completo una cuba de un camión se traslada a una planta de reciclaje de Alcalá de Guadaíra donde venden los tapones. Aproximadamente, con unas 2.500 toneladas –un camión repleto- se pueden conseguir alrededor de 300 o 400 euros.

La asociación no tiene un cálculo exacto de cuántos tapones han podido reciclar en este tiempo, pero apuntan que habitualmente suelen llevar una vez al mes a la fábrica alcalareña una de estas cargas.

Mientras nos detalla los avatares diarios para trasladar los bolsas de tapones –una bolsa de basura suponen unos dos euros-, Miguel nos muestra cómo quedan estos tapones de plástico una vez que son triturados en la planta a través de una muestra que tienen en una de las estanterías del despacho de la asociación. «De aquí pueden salir sillas de plástico o cajas de frutas, por ejemplo», explica.

Ahora, la asociación, al igual que otras que también se dedican a este mismo cometido, intentan limpiar la «mala imagen» que se ha transmitido a raíz del trágico sucesos ocurrido en Alcalá de Guadaíra, tras fallecer tres miembros de una misma familia por inhalar gas tóxico de unos tapones. «Le gente se queda con el titular, no lee la noticia entera y piensa que los tapones de plástico son peligrosos, pero no lo son, recaudamos los tapones que tenemos todos en casa, de uso doméstico», aclara.

Campaña para Ainhoa

Uno de las preocupaciones básicas de la directiva de esta asociación es que «la gente vea lo que hacemos y para quién lo hacemos». Por este motivo, es fácil verlos salir a la calle para recaudar tapones, organizar animaciones infantiles y celebrar eventos de tipo solidario. Una de las campañas que mayor repercusión ha tenido entre los nazarenos ha sido la que han llevado a cabo para ayudar a Ainhoa, una niña de un año y seis meses, que padece una enfermedad de las que califican como rara. «Dos Hermanas se ha volcado al máximo con ella», reconoce Rubio mientras explica que la asociación ha sufragado terapias para la pequeña tras organizar actos específicos como el que tuvo lugar meses atrás en el Teatro Municipal Juan Rodríguez Romero.

No se extrañen si este verano se encuentran a un grupo de voluntarios con las camisetas rojas de Tapones Solidarios pidiendo sombrilla por sombrilla los tapones de las botellas de refrescos a cambio de una piruleta. Es la próxima campaña que van a realizar durante este verano, al igual que ya hicieran el año pasado.

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