Diez años de solidaridad con los niños más desfavorecidos de Utrera

La Hermandad de los Gitanos ha atendido a más de 250 chicos en los campamentos de verano «Beato Ceferino»

Dentro de las obras de caridad que la hermandad de Los Gitanos de Utrera  realiza a lo largo del año, se encuentra la colonia de verano «Beato Ceferino», uno de los proyectos solidarios  de la cofradía que atiende a  niños que pertenecen a familias con pocos recursos económicos, ofreciendo unos días de vacaciones en un campamento de verano.

La iniciativa solidaria de la hermandad, que  este año cumple su décima edición, ha hecho posible el sueño de más de doscientos cincuenta niños  desfavorecidos de la ciudad, que han disfrutado de unas merecidas vacaciones durante una década.  Este año, el campamento de verano se desarrollará del 31 de julio al 5 de agosto en las instalaciones del parque multiaventuras «Tavabus», un enclave situado en pleno Valle de los Pedroches (Córdoba).

Hasta ahora, los niños utreranos habían podido disfrutar de la colonia  «Beato Ceferino» en distintos albergues de la geografía andaluza, como los de la localidad gaditana de El Bosque, la aldea onubense de El Rocío, en Huelva, y ahora, en el Valle de Los Pedroches.  El albergue cordobés  cuenta con multitud de actividades al aire libre que ofrecen emoción, diversión y aventura.

 Para sufragar el coste del campamento, la hermandad lleva a cabo una serie de proyectos y eventos cada año, entre los que se encuentra la celebración del festival flamenco Potaje Gitano de Utrera. Además, la cofradía cuenta con participación de empresas locales y firmas nacionales, y de particulares. De igual forma con la colaboración del Ayuntamiento de Utrera, y especialmente de la delegación de Servicios Sociales.

Todo ello ha hecho posible que el campamento se haya convertido en una de las principales acciones sociales de la Hermandad y referente en el ámbito local, del que se benefician chicos y chicas que por circunstancias familiares desfavorable no podrían de otra manera disfrutar de unos días de diversión, sin olvidar la formación cristiana y cívica con el fin de que adquieran y conozcan valores y principios que posiblemente en su entorno no reciban.

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