De la Azotea Azul al Sillón Azul, el nuevo reto con el que soñar
Faltan pocas semanas para la inauguración en el Hospital Infantil Virgen del Rocío de La Azotea Azul, un proyecto que ilusionó a todos logrando la recaudación necesaria en tiempo récord. Pero quien estuvo detrás en todo momento, la Fundación El Gancho Infantil, no quiere quedarse ahí y lanza un nuevo reto: El Sillón Azul.
«Cuando tenía 9 años estuve ingresada en el Virgen del Rocío por un accidente de tráfico donde fallecieron mis padres. Por suerte tenía tres tíos jóvenes que estuvieron conmigo en todo momento y se turnaban para dormir en la habitación. Aquellos sillones donde tenían que quedarse eran horribles y después de 26 años siguen siendo los mismos, les creaban contracturas y a medida que pasaba el tiempo era peor». Es el relato de Carla Hernández, quien estuvo 9 meses ingresada y en este tiempo ha tenido que volver al hospital para períodos más cortos. Ahora no ha dudado en apoyar este reto que, basándose en las historias personales de tantos y tantos familiares, pretende sustituir las actuales butacas de todas las áreas de pediatría de Andalucía por un sillón convertible en cama.

Así, el Sillón Azul está pensando para los niños hospitalizados al igual que la Azotea Azul aunque en este caso se extiende a toda Andalucía gracias a un convenio de colaboración con el Servicio Andaluz de Salud. Lograr este sueño supondría sustituir 748 sillones de 27 hospitales andaluces, para lo que se necesita aproximadamente 354.000 euros.
El acto de presentación ha tenido lugar en la sede de la Fundación Cajasol y ha contado con la presencia del Dr. Diego de la Vega, psiquiatra del Hospital Universitario Virgen Macarena; Carla Hernández; Álvaro Márquez, cuyo hijo ha estado ingresado durante meses; y la directora de la Fundación El Gancho Infantil, Pilar Lara.
«No es un tema de confort, es salud», incidía Pilar Lara en la presentación. «El descanso es una necesidad y más cuando hablamos de quienes cuidan a los menores», añadía. Completaba sus palabras el psiquiatra Diego de la Vega: «un padre necesita sentirse con energía porque va a tomar decisiones difíciles, tiene que retener mucha información y necesita transmitir seguridad a su hijo, es fundamental que esté tranquilo y animado».
Quien lo ha vivido en primera persona es Álvaro Márquez, que desde el primer momento en el que su hijo ingresó en aislamiento, tenían que descansar en los sillones de la UCI. «Desde el hospital nos recomendaban que nos fuéramos a casa porque la estancia iba a ser larga, y lo cierto es que en un tiempo el desgaste por no descansar fue excesivo», explicó. Llegó el momento en que pudieron dormir al lado de su hijo pero «pasaron navidades, fin de año, su cumpleaños...» y aquel sillón los acompañó durante todos aquellos meses. «Así no eres capaz de responder a sus necesidades y la situación desgasta a la familia y a la pareja», añadió.

Cómo colaborar con El Sillón Azul
Toda persona que desee colaborar para hacer realidad El Sillón Azul puede unirse al equipo de voluntarios de la Fundación El Gancho. Toda la información se encuentra en su web. Las ya famosas pulseras que se vendieron para la Azotea Azul también estarán disponibles para este proyecto y ya hay instituciones dispuestas a colaborar. El Andalucía Golf Tour será a beneficio de esta iniciativa y pequeños empresarios se han sumado a ella como Meneses Joyas con la venta de unos gemelos y Calzados Fernández con unas zapatillas. «Nosotros no somos nada más que una forma de canalizar una necesidad sentida por todos», concluía Pilar Lara.