Cuando una discapacidad no es impedimento para llegar a la meta como uno más
La asociación sevillana Carros de Fuego lleva desde 2016 impulsando sillas en carreras populares para que niños con diversidad funcional experimenten la adrenalina del deporte y la competición. Y aunque los participantes sienten las mismas sensaciones que el resto de corredores, descubrieron que algunos de ellos deseaban entrar en la meta por sí mismos, sin la ayuda de nadie. De ahí surgió la carrera de andadores, que ya tuvo lugar antes de la pandemia en carreras populares del IMD y que esté diciembre tendrá su primera edición en Dos Hermanas, para que la discapacidad no sea impedimento para llegar a la meta.
«Todos cruzan la meta con una gran sonrisa, viven la ovación del público, la emoción que crea el speaker, y reciben una medalla por haber participado», cuenta Asun Hernández, secretaria y fisioterapeuta de Carros de Fuego. Así, el objetivo no es competitivo sino que todos finalicen la carrera, además de normalizar un elemento «al que le tienen manía porque les recuerda continuamente su discapacidad: el andador». En esta ocasión, no será un recurso para sus sesiones de fisioterapia, esa herramienta que utilizan cuando dejan la silla, sino unas alas para poder competir y llegar lejos.
«No somos restrictivos en cuanto la edad, pueden participar también adultos, y si alguien tiene otro elemento que le ayude a avanzar, como las muletas, también las aceptamos», explica Asun. Además, la carrera se adapta a las necesidades de cada corredor, que recorre la distancia que puede, desde los 10 a los 50 metros. Y en la mayoría de los casos cuentan con un apoyo al lado, que suele ser el padre o la madre o incluso un hermano, un amigo o su fisioterapeuta. «Yo siempre voy dentro de la carrera supervisando que todo se desarrolle bien», aclara la secretaria.
Un año complicado
Cuando Carros de Fuego participó en el maratón de Sevilla de 2020 con 30 impulsores y 10 capitanes en la prueba, no sabían todo lo que vendría después. Cómo la pandemia frenaría de golpe sus ganas de correr. La actividad de esta asociación que utiliza el ocio y el deporte adaptado para la inclusión social se ha ido recuperando poco a poco a partir de este verano. «Algunos impulsores y familias han participado en pruebas deportivas pero de forma individual, no como asociación», cuenta Asun. La entidad ha vuelto en el circuito de parques de Dos Hermanas con la última carrera y repetirá con la que se celebrará en el Parque de la Alquería el 12 de diciembre.
De momento, dos equipos acompañarán a dos carros los 10 kilómetros. Y tras esa carrera tendrá lugar la de andadores. «Estábamos deseando volver pero preferíamos hacerlo con cuidado porque muchos de los participantes además de su discapacidad física presenta alguna patología que los encuadra en los colectivos de riesgo, es normal que las familias fueran prudentes», cuenta. Una vez que han constado la seguridad que se viven en las pruebas deportivas, están dispuestos a seguir con la misma fuerza. Para que todo aquel que se lo proponga cruce la línea de meta.