Cientos de mujeres afganas se prenden fuego para huir de la violencia de sus maridos

La representante de ASDHA en Sevilla trabaja por traer a Sevilla la exposición fotográfica «Afganistán. Mujeres»

La desesperación inunda cada año a cientos de mujeres afganas –casi niñas- tras ser ofrecidas por sus padres a matrimonios forzados. Condenadas a prisión si abandonan su hogar, y agredidas por su marido o la familia de este, la única salida que ven es la más dura: quemarse y morir. Es el drama que retrata con su cámara el fotoperiodista Gervasio Sánchez en colaboración durante tres años con la presidenta de la Asociación para los Derechos Humanos en Afganistán (ASDHA), la periodista Mónica Bernabé.

La asociación muestra estas fotografías en la exposición «Afganistán. Mujeres», que se inaugurará en octubre en Barcelona y a principios de año en Madrid. Adela Muñoz, representante de ASDHA en Sevilla, quiere traer también este proyecto a la ciudad con el fin de que los sevillanos conozcan esta dura realidad, y para recordar «que aunque las tropas internacionales se vayan de Afganistán estas niñas siguen allí. Más de 15 millones de mujeres viven en una situación durísima, debemos acordarnos de que existen», indica a sevillasolidaria.es.

La mayoría de las chicas que se ven forzadas al suicidio son muy jóvenes, no alcanzan a los 20 años. Llegaron al matrimonio con 13 o 14 años para asegurar la virginidad y que su familia consiguiera una buena dote. Ante la violencia doméstica el honor en su casa nos las deja volver. «La reinserción de las que sobreviven es muy difícil porque, aparte de que quedan destrozadas por las quemaduras, son repudiadas tanto por la familia del marido como por la de sus padres, es una situación dramática», explica Adela.

ASDHA, con la periodista Mónica Bernabé al frente, trabaja en Afganistán ayudando a las mujeres que han recurrido a quemarse con «mantas en invierno, letrinas, un reconocimiento médico cada seis meses… lo básico». También les procuran una alfabetización o formación en un oficio para que sobrevivan de manera independiente, «además de un tratamiento psicológico para recuperar la conciencia de que son personas con derechos».

Aún así, el principal objetivo es cambiar las leyes, ya que, por ejemplo, las que huyen de sus casas terminan en la cárcel debido a que han abandonado el domicilio conyugal. «Hay aberraciones», expresa Adela en referencia a las legislaciones vigentes, «se estuvo a punto de aprobar en el país una ley con la cual era legal que un marido dejara sin comer a su mujer si se negaba a tener relaciones sexuales. Se frenó por el escándalo internacional».

Precisamente la sensibilización es el arma de esta asociación para combatir este tipo de medidas en el país, gracias a iniciativas como la de la exposición de Gervasio Sánchez, siendo la imagen más fuerte que la palabra. «La presión que se puede hacer desde aquí es lo que más cuenta para que no se sigan promulgando leyes cada vez más retrógradas. Las ventajas de un mundo globalizado es que las barbaridades que se realizan si se difunden aquí tienen un efecto inmediato porque Afaganistán depende de todos los fondos internacionales», argumenta Adela.

Sevilla ya acogió en 2012 la exposición de Gervasio Sánchez «Afganistán: mujeres contra el olvido y la impunidad», que retrataba de forma general la situación de las mujeres afganas. Ahora, Adela quiere traer una visión más concreta sobre la pesadilla de quienes no encuentran otra salida que prenderse fuego.

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