Cien aviones de papel al aire para que los niños tengan derecho a jugar a pesar de las guerras

Entreculturas organiza un acto con niños y jóvenes en el parque de la Buhaira en ocasión del Día Internacional de las personas refugiadas y desplazadas, así como una mesa redonda para profundizar en el tema

Cientos de niños y jóvenes lanzarán al aire este miércoles aviones de papel en el parque de la Buhaira con mensajes esperanzadores para los 25 millones de niños en el mundo que están refugiados por consecuencia de un conflicto armado y para los 230 millones que viven día a día en las zonas del conflicto. Se trata de una actividad organizada por la delegación en Sevilla de Entreculturas dentro de la campaña «Derecho a jugar, sin jugarse la vida», en ocasión del Día Internacional de las personas refugiadas y desplazadas que se celebra el próximo 20 de junio.

Para profundizar con un público adulto en la situación de los menores refugiados y desplazados y en el impacto que supone en su educación, además de la creación de aviones de papiroflexia a las 19,00, a las 20,00 la ONG organiza una mesa redonda en el Centro Arrupe de la Avenida Eduardo Dato. En ella habrá intervenciones de Raquel Abad, responsable de proyectos de África del Oeste y Oriente Medio de Entreculturas, Andrea Zard, coordinadora del proyecto educativo Servicio Jesuita a Refugiados en Líbano, y la moderación de Fernando Monsalve, delegado de Entreculturas en Sevilla.

La delegación de Sevilla de Entreculturas recuerda así este miércoles los millones de personas que se han visto obligadas a huir de conflictos armados como el de Siria, Sudán del Sur, República Centroafricana o Colombia, y en las miles de personas que se encuentran bloqueadas en campos de refugiados improvisados en Italia por el cierre de las fronteras de países vecinos.

Según el documento que acompaña a la campaña titulado «Derecho a jugar y a aprender sin jugarse la vida. El impacto de los conflictos en la educación de los niños y niñas», hay 25 millones de menores refugiados y desplazados que ven truncada su infancia, su derecho a jugar, su derecho a ir al colegio, a no sufrir abusos ni violencia, a vivir en paz, en definitiva, su derecho a ser niños. Y es que además, en el mundo hay 230 millones de niños y niñas que, aunque no son refugiados o desplazados, viven en zonas de conflicto, jugándose la vida diariamente o cayendo en redes de reclutamiento de menores soldado para la guerra.

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