Celebrar el nacimiento de Jesús y el de cada trasplantado que vuelve a nacer
«Personas que están esperando un trasplante de órganos se acercan al belén y al vernos recuperan la esperanza», explica Auxi Domínguez, trasplantada de los dos pulmones y presidenta de la Asociación Andaluza de Fibrosis Quística (AAFQ). El Belén de la Solidaridad que cada año se expone en el Convento de Santa Rosalía representa mucho más de lo que se ve, refleja no solo el Nacimiento de Jesús sino también el de cada persona trasplantada que volvió a nacer al recibir un órgano.
Cuatro asociaciones, AAFQ, Asociación Andaluza de Trasplantados Hepáticos, Alcer Giralda y la Asociación de Trasplantados de Corazón de Andalucía, se turnan para estar siempre presentes para los visitantes y hacerles comprender la importancia de la donación de órganos de la forma más directa posible: presentándose sanos y felices gracias al regalo que les hizo volver a nacer.

«Yo llevo 17 años trasplantado de hígado, mis hijas estaban en el instituto y ahora conozco a mi nieta, eso era impensable para mi porque me daban seis meses de vida», explica Rafael Álvarez, maestro belenista. Rafael es quien ha dirigido al conjunto de personas, todas trasplantadas, que han levantado el belén. «Todos aportamos», recuerda Pablo Beca, presidente de la Alcer Giralda, «el día que trasportábamos las figuras y la estructura, las obras que hay en la calle nos dificultaban el trabajo y los mismos obreros pararon y nos ayudaron a llevarlas».
16 ediciones del belén
Este Nacimiento cargado de significado llega este año a su 16 edición. La primera comenzó después de que Carlos Monge, hermano de la Macarena y trasplantado de hígado, regalara sesenta figuras al doctor Pérez Bernal, quien ayer daba nombre a una calle de Sevilla por su involucración en la donación de órganos. El doctor habla entonces con Juan Garrido Mesa, trasplantado de riñón y canónigo de la Catedral, y entre los tres idean el Belén de la Solidaridad con el lema «Un trasplante es otro nacimiento».
«Era un momento en el que las palabras donación y trasplante daban mucho miedo», recuerda Rafael, «a veces dábamos información y reaccionaban como si tuviéramos el cirujano ya en la puerta. Teníamos que dejar claro que si después de la muerte enterramos o incineramos al donante ya esos órganos no sirven para nadie».

Hoy, afortunadamente, el panorama ha cambiado. Andalucía supera la media española en cuanto a donaciones por habitantes y dobla la media europea. Pero aún hay mucho camino que recorrer. «La muerte es una parte de la vida, y por qué no hablarlo en las familias», se plantea Auxi. «Los niños se interesan mucho por el tema cuando vamos a dar charlas a los colegios, preguntan y luego plantean el tema en casa», indica Manuel López, presidente de la Asociación Andaluza de trasplantados hepáticos, «y en el belén cuando llegan los colegios pasa lo mismo».
«Nos acordamos de nuestro donante todos los días»
«En mi casa hay dos cumpleaños para mi, el día que nací y el día que recibí el trasplante», indica Rafael. Francisco Garrido, presidente de la Asociación de trasplantados de corazón de Andalucía, ya va por su 13 cumpleaños después de recibir un corazón nuevo. «Nosotros nos acordamos de nuestro donante todos los días, y es nuestro empuje, porque esa persona no ha tenido una oportunidad y en mi está respirando», indica Auxi. «Mi padre, que era una persona muy religiosa, incluso hacía una misa por el alma del donante anónimo que me dio su riñón», indica Pablo Beca.
Para atraer al sevillano, cada año el Belén de la Solidaridad muestra un edificio emblemático de Sevilla. En esta ocasión, el visitante podrá comtemplar la maqueta del impresionante Instituto de Higiene del doctor Murga, inspirado en el Museo Británico de Londres. Hoy ya no existe puesto que fue derribado en 1958 para construir en su lugar el actual Ambulatorio Marqués de Parada. El edificio comparte espacio con el Nacimiento y con una figura imprescindible en este belén: el monumento al donante que se puede contemplar en el Hospital Virgen del Rocío.
Hasta el 5 de enero el Convento de clausura de Santa Rosalía, en la calle Cardenal Espínola, estará abierto para los que quieren contemplar el belén en de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.30 horas, excepto el 25 de diciembre y el 1 de enero. En esta edición se espera alcanzar los cerca de 50.000 visitantes del año pasado para disfrutar de un original belén y para pensar por un momento en uno de los regalos más importantes y necesarios que podemos dar: el de la vida.