Jóvenes Solidarios

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«Estos chicos te enseñan la importancia de algo tan básico como tener a alguien que les escuche»

Miguel Ángel Amo es voluntario del programa de apoyo escolar de la asociación Crecer con Futuro para menores que viven en Centros de Protección

Hace un año y medio que Miguel Ángel Amo acude cada martes a las 16.00 a un centro de protección de menores para dar apoyo escolar a los 7 chicos que allí residen. Sabía la importancia de su voluntariado en la asociación Crecer con Futuro, y por eso decidió realizarlo, ya que aporta su tiempo a niños que no tienen la oportunidad de tener a un padre, madre o familiar que les ayude con las tareas de clase al llegar del colegio o el instituto. Pero no sabía hasta qué punto era valioso el tiempo que les regalaba. Porque no se trata solo de mejorar en los estudios, si no de que los chavales sepan que tienen a alguien a quien le importa realmente que estén bien. Una persona que, por propia iniciativa, les va a preguntar por ese examen que les angustiaba, que se alegra de sus logros, que escucha sus preocupaciones.

«El simple hecho de que Miguel Ángel esté cada martes ahí genera un impacto en su autoestima», cuenta Gema Carrasco, del Programa de Familias Colaboradoras y Voluntariado, «está cumpliendo su palabra a quienes siempre les han estado fallando». Y este voluntario ha ido comprobando, entre clases de francés o de matemáticas, cómo los chicos iban compartiendo con él cada vez más sobre sus vidas. Sobre el trabajo que deben entregar en clase. Sobre lo que han hecho el fin de semana. O sobre los planes que se avecinan con su familia colaboradora. «Un día uno de los chicos me vio con un peinado diferente y a la semana siguiente le veo con el mismo peinado», cuenta entre risas, como también recuerda cómo le sorprendió que le incluyeran en un amigo invisible en Navidad. «Fue muy emotivo el reparto de regalos, la verdad es que en el centro me siento uno más», cuenta.

En el programa de voluntariado en centros de protección de menores de la asociación Crecer con Futuro se ofrece refuerzo escolar y también actividades de ocio y tiempo libre para que estos chicos tutelados por la Junta de Andalucía tengan la oportunidad de vivir experiencias como las de otros niños de su edad. Miguel Ángel se ha apuntado en ocasiones a algunas y se queda con la felicidad que muestran.

El voluntariado de la asociación se completa con quienes ofrecen apoyo en la tienda solidaria de la calle  León XIII 19, siendo en total una treintena. «Para los centros el voluntario debe tener más de veinticinco años ya que buscamos referentes adultos, que es de lo que más carecen», cuenta Gema, «no tienen que ser profesores particulares sino sencillamente personas con ganas de ayudar, al fin y al cabo un padre o una madre tampoco tiene por qué acordarse de las raíces cuadradas». Lo que sí es importante es que sean personas comprometidas. «No pueden desaparecer y romper la estabilidad de los chicos, queremos que el voluntario permanezca en el tiempo», aclara.

El programa de voluntariado está presente en la actualidad en seis centros de protección, apoyando a un total de 48 niños gracias a 18 voluntarios. Aunque tan solo es una pata de labor que realiza Crecer con Futuro. Una de las más importantes es el fomento de la figura de familia colaboradora, familias  que comparten su tiempo durante fines de semana y vacaciones con niños que viven en centros de protección de menores.

«Los niños te bajan a la tierra de un bofetón y te das cuenta de lo que verdaderamente importa, como tener a alguien que te escuche», revela Miguel Ángel. «Al principio estaba muy centrado en el tema académico pero después me he dado cuenta de que lo que más valoran es que tengas un seguimiento y una constancia de acudir, de preguntar, que sepan que van a tener a alguien que les pregunte por el examen».

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