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Voluntario de La Casa de Todos: «Me hace feliz venir a estar con estos niños y que me cuenten sus cosas»

Pablo, de 17 años, lleva dos acudiendo como voluntario al barrio de La Plata para apoyar en los estudios a menores

Hace dos años que Pablo Gómez oyó hablar en su colegio - Maristas Sevilla- sobre la Asociación La Casa de Todos, cuando estaba en 4º de la ESO. La inquietud por ayudar a los demás hacía tiempo que latía dentro de él. Sabía de la experiencia de sus padres viviendo en Bolivia para ayudar a personas con fuertes necesidades, y quería seguir ese camino. Por eso, apoyar a chicos del barrio de La Plata con sus estudios le pareció la ocasión perfecta.

Ya solo salir del metro en un barrio menos acomodado que el suyo le chocó. Y tuvo un período de adaptación. «Al principio los niños te preguntan por qué estás ahí y no en tu casa, no te animan en ese sentido, pero después va todo perfecto», confiesa a Sevilla Solidaria. Y es que ahora siente la confianza que se ha creado con ellos. Los menores le cuentan sobre sus vidas de una semana a otra. «Qué han hecho el fin de semana, si se han peleado con su hermano... cosas de niños», ejemplifica. Porque al final más allá de ayudarles con los deberes, el objetivo de Pablo es estar ahí para ellos.

La asociación cuenta con en torno a 40 o 50 voluntarios, aunque la cifra se ha reducido en los últimos meses, ya que han limitado su participación para velar por la seguridad sanitaria de todos. «Sin voluntarios no podríamos desarrollar los programas, la ejecución de estos es por ellos, y en gran medida en el apoyo escolar», explica el presidente de La Casa de Todos, José Antonio Paredes.

En este apoyo participan en torno a 20 menores, que ahora están organizados por minigrupos burbuja de 3 o 4 chicos cada uno. También tuvieron que hacer restricciones con su Escuela de verano, a la que acudieron unos 20, cuando el pasado año hubo más de 55 menores.

Atención a familias del barrio de La Plata

Pero la labor de la asociación va mucho más allá de la atención a menores. La Casa de Todos atiende a familias del barrio de La Plata, con vecinos en exclusión social y gracias a la intervención de un psicólogo, una trabajadora social y una educadora social. Cuentan con un catering social que atiende a 120 personas con un menú diario de lunes a sábado.

«Ser voluntario es poner tus dones al servicio de otros, sean cuales sean, si no puedes dar apoyo escolar se puede acompañar a una persona al banco», continúa Paredes. Además, cuentan tanto con estudiantes de bachillerato como Pablo a universitarios o profesores.  «Norberto nos lleva la contabilidad o Javier, que está jubilado, coordina el almacén», explica. El taller de costura, por ejemplo, lo suelen impartir dos señoras mayores.

Las actividades formativas aquí también son amplias. Por un lado aquellas destinadas en gran medida a vecinos inmigrantes, como el taller de costura, las clases de español, los cursos de cocina o el taller escolar, y financiado por los fondos de la asignación tributaria del IRPF. Además, a través del programa ERACIS de la Junta de Andalucía y el Fondo Social Europeo, desarrollan de julio a diciembre la orientación laboral para adultos e itinerarios personalizados en coordinación con los servicios sociales. Por último, con la ayuda del Ayuntamiento de Sevilla, desarrollan el programa «Escucha mi voz», con el que se trabaja con los menores para fomentar la participación en grupo y tratar temas necesarios como el bulling, la violencia machista, el respeto o la ciberseguridad.

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