Un verano divertido comienza en Utrera también para los niños de familias sin recursos

El ocio es una de las herramientas que emplea la asociación de mujeres Santiago el Mayor de Utrera para sacar de la exclusión a colectivos vulnerables de la localidad

Los niños ya han recogido las notas y han dado la bienvenida a un verano largo donde se espera que disfruten las vacaciones. Playa, piscina, algún viaje de varios días, actividades por Sevilla... Al menos es lo que se dibuja en el imaginario colectivo. Pero no todos los niños pueden sacarle partido a esta estación como se espera. En Utrera la Asociación de Mujeres Santiago el Mayor permanece durante todo el año junto a los niños de familias en situación de exclusión, acompañándoles y procurando que sus estudios vayan bien enfocados. En esta entidad son conscientes de lo necesario que es el ocio, no solo para los niños, sino también para los padres. Y, por ello, es una de las herramientas para lograr su desarrollo.

Este martes ha comenzado en esta entidad de la barriada El Tinte las Colonias Urbanas, financiadas por el programa CaixaProinfancia y el Ayuntamiento de Utrera. Y a finales de julio celebrarán su actividad más importante: el campamento de verano, que este año se desarrollará en Cortes de la Frontera, Málaga, con treinta menores. «Le damos al ocio la importancia que se merece», explica Inmaculada Aguilar, directora y coordinadora de la asociación. «En algunas casas ni existe, pero creemos que es algo fundamental». Tanto es así que en campamentos pasados los padres también han formado parte con un espacio de esparcimiento ideado para ellos. «El ocio ayuda a solventar las dificultades del día a día y los padres entablan relaciones fuertes entre otros integrantes de la entidad», continúa Inmaculada.

«El campamento es una gratificación a esos menores que han trabajado durante todo el año porque creemos que deben saber que en esta vida no todo son derechos, también hay deberes y responsabilidades», explica la directora. Y es que el resto del año desde la asociación dan refuerzo educativo a los menores. «Les apoyamos para que puedan mantener el mismo nivel que sus compañeros de clase, ya que no disponen de un espacio adecuado en sus casas o sus padres no pueden ayudarles», continúa Inmaculada. En los meses de frío también continúan las actividades de ocio y tiempo libre adecuadas a la edad de cada niño. Incluso cuentan con talleres materno-infantiles enfocados a niños de 0 a 3 años, como el de «bebés al agua» con el que refuerzan el trato y confianza con sus padres en una piscina. Cuentan, además, con talleres terapéuticos grupales y apoyo psicológico.

Esfuerzo de la familia al completo

La actividad de la asociación no solo se centra en los niños, sino en la familia al completo buscando su salida de una situación de exclusión a través de tres herramientas: la formación, el empleo y el ocio. De hecho, la Asociación de Mujeres Santiago el Mayor nació en 2001 centrándose en la mujer, ya que es la madre quien, en la mayoría de los casos, acude a pedir ayudas asistenciales a las entidades sociales. El primer impulso consistió en darles formación para la inserción laboral. Pero para ayudar a la familia a salir de su situación de exclusión, pronto el trabajo de esta entidad se extiende a la pareja y a los hijos. «Así, vimos cómo iban reflotando las familias», cuenta Inmaculada con satisfacción.

El acompañamiento a la búsqueda de empleo es, de hecho, uno de los pilares de la asociación y suele ser la puerta de entrada de los usuarios. «Hace dos años que llevamos el programa del Ayuntamiento de Utrera «Inserta Emplea» que se convoca en régimen de concurrencia competitiva. Se trata de una ayuda económica para contratar a parados de larga duración. Tenemos desde albañiles, limpiadoras o fontaneros tanto para nuestra entidad como para otras, así como profesores de inglés, monitores de ocio y tiempo libre o informáticos», explica la directora. Estos días, para las colonias de verano, se contrata a dos nuevas personas para la realización de los menús en el servicio comedor.

El buen clima que se respira en esta asociación utrerana ha logrado que beneficiarios, trabajadores y voluntarios se sientan una familia.  «Estamos aquí de lunes a sábado, la cantidad de veces que los vemos hace que se cree un lazo de unión. Gracias a ese clima afectivo hay madres que se abren de tal manera que descubrimos otros problemas detrás, pero así podemos ayudarlas». También es importante la red social que se crea entre los beneficiarios. «Teníamos chicas solas sin familia que han construido una red de amigos con los que tomar un café o a los que poder dejar a sus hijos en un momento puntual», ejemplifica Inmaculada.

El tiempo les ha dado la razón y hoy se ven resultados. Los niños que comenzaron, ahora adultos, que están terminando una carrera. O aquellas familias a las que acompañaron durante situaciones dramáticas y dejaron de necesitar ayuda. Se avecina un verano para disfrutar pero también es una oportunidad para labrarse un futuro mejor.

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