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«Mientras estuve en África el tiempo se paró»

La estudiante de medicina Carmen Martínez pasó este julio en Ghana acompañando a niños de un orfanato con la asociación Dream África Care Foundation

Carmen Martínez estaba familiarizada con el voluntariado a raíz de los valores que le inculcaron en su colegio, a través del cual había colaborado con Cruz Roja Española acompañando a personas mayores en una residencia. Pero cuando un amigo le comentó la experiencia vivida en un orfanato de Ghana, sintió que esa era justo la manera en la que debía conocer África, prestando su tiempo y sus ganas a quienes lo necesitan. Esta estudiante de cuarto de medicina se puso en contacto con Dream Africa Care Foundation, una entidad que apoya iniciativas de desarrollo sostenible en todo el mundo y aporta concretamente en distintas comunidades de Ghana proyectos relacionados con la educación, deporte, sanidad y bienestar.

Carmen dejó listo papeleo, se puso las vacunas correspondientes, preparó la maleta y se plantó con una amiga a principios de julio en un pueblecito cercano a Acra, la capital, donde pasó un mes. «Cuando estuve en África el tiempo se paró para mí», expresa Carmen a sevillasolidaria.es. Las semanas transcurrieron en el «shelter», un orfanato donde niños y jóvenes de entre 2 y 22 años vivían ya que no tenían familia o estas no podían hacerse cargo de ellos. «Les ayudaba con lo que fuera, los deberes, hacer la comida, lavar la ropa, leer, jugar, pintar…», cuenta.

De hecho recuerda con especial cariño a Eduard, de 8 años, «un trasto, no paraba, haciendo el tonto», recuerda Carmen entre risas y emoción. «Sentía que eran mis niños, cuando llegué a España me faltaba algo», explica. Y es que desde el primer momento los chicos se acercaron sonrientes a los voluntarios, buscando juegos y momentos de diversión.

«Sin duda esta experiencia te cambia», confiesa, «aprendes a relativizar y te das cuenta de que nada es tan importante porque la gran mayoría tenemos una familia, un techo, un grifo del que sale agua potable y electricidad todos los días, está claro que a veces toca vivir situaciones que generan sufrimiento, pero creo que en muchos casos es una elección, y cuando vives esto, aprendes a dejar de elegirlo».

En estos dos meses ha vuelto a contactar con el «shelter» a través de videollamada. Y Carmen ya está pensando en su vuelta. Tal vez el año que viene o el siguiente, pero ya lista para participar en otro proyecto en la misma comunidad ayudando en el hospital, aportando sus conocimientos de medicina. Así podrá volver a ver a Eduard y a todos sus compañeros, y regalarle su tiempo y su cariño.

 

 

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