«Es una casa de acogida, pero lo definiría más como una familia»
Alejandra Barón es voluntaria en Hogar de Nazaret en Sevilla y lleva cinco años aportando su granito de arena. Conoció la asociación a través de su familia, que también es colaboradora. Tiene 22 años y es estudiante universitaria de Magisterio de Educación Infantil. Alejandra compagina su día a día con ser voluntaria y dedica todo el tiempo que puede para ayudar a los niños de Hogar de Nazaret.
En esta casa de acogida viven ocho niños y es un hogar donde los pequeños son cuidados, tienen su educación y se pueden divertir en las horas de ocio con voluntarios como Alejandra, que les dedican tiempo para estar con ellos. La casa está distribuida por habitaciones que están habilitadas para cubrir todas las necesidades de los pequeños. La mayoría de estos niños llaman 'madre' a las consagradas y entre ellos se llaman hermanos. Este es su hogar, donde conviven, considerándose una familia.
Cada vez que Alejandra acude a la casa echa una mano en todo lo que puede. Entre semana lo compagina con los estudios y también les dedica tiempo los algunos fines de semana. Alejandra hace todo tipo de actividades con los niños, les ayuda con los deberes, juega con ellos en la sala de juegos habilitada en la casa o leen cuentos, entre otros. Además, es madrina de bautizo de un niño, con el que ha creado un vínculo muy especial y en temporada de vacaciones es uno más en su casa, ya que lo acoge algunos días para que pueda disfrutar con ella y su familia.
Finalmente, Alejandra pone en valor todo lo que hacen con los niños, destaca que personalmente ser voluntaria de Hogar de Nazaret le aporta mucho a nivel personal y les considera como parte de su familia, «estos niños te ayudan a crecer personalmente, tu les aportas a ellos pero a la vez ellos te dan a ti más de lo que tu puedes darles», señala Alejandra.