«En el rugby en silla de ruedas, el entrenador entrena, es auxiliar y ayuda en lo que necesiten»
La pasión de Santiago Serrano por el rugby no es casual. Ha vivido este deporte de cerca porque en su familia dos primos son jugadores de la selección española. «En el rugby todo jugador es importante», explica. Lo que no imaginaba es que iba a dar con una modalidad que le iba a enseñar aún más del compañerismo: el rugby en silla de ruedas. Desde este verano este joven de 23 años entrena al Club Deportivo CAAD Sevilla Quad Rugby junto a Dani Estrada, algo que asegura «le ha cambiado la vida».
El primer contacto de Santiago Serrano con la discapacidad fue estudiando el Grado de Educación Primaria en CEU Andalucía. Allí, todos los martes dedicaban un par de horas por la tarde a jugar con un colectivo beneficiario de una asociación. La Federación Provincial de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Sevilla (Cocemfe Sevilla) era una de estas entidades, y Emilio Tortosa uno de sus voluntarios, quien le habló a Santiago sobre el el CAAD Sevilla Quad Rugby del que es vicepresidente.
En este club toda ayuda es poca, porque aunque muchos tienen un buen nivel de autonomía a pesar de tener un grado de discapacidad alto, sí necesitan auxiliares para ayudarles, especialmente para la salidas fuera de Sevilla dentro de la competición. «Nos ayudan para la transferencia de una silla a otra, si nos caemos en el juego... y es importante no depender del familiar», explica Demetrio González, presidente del Sevilla Quad Rugby y fundador hace 4 años del que aún es el único club de Andalucía de este deporte. «Para nosotros la ayuda de Cocemfe es clave, para los desplazamientos y por los voluntarios, como también el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra que nos facilita este pabellón», cuenta agradecido Demetrio.
Un voluntariado fundamental
Cocemfe Sevilla cuenta en la actualidad con en torno a 15 voluntarios durante todo el año, en gran medida para ayudar en actividades de ocio y tiempo libre a las entidades miembros de la federación. Para llevar a cabo el voluntariado Cocemfe imparte una formación gratuita en materia de discapacidad. «Sobre todo cuando se trata de pasar días fuera como en los campamentos de verano tienen que estar preparados», explica Juan José Lara, presidente de Cocemfe Sevilla, «hablamos de cambios posturales, el manejo de una silla eléctrica o una grúa, ayudar a comer o beber o saber cómo administrar una medicación». Las actividades de este tipo además se ofrecen en mayor medida a personas con más de un 65% de discapacidad, ya que son los que tienen más complicado acceder a una actividad de ocio fuera del entorno de la familia.
Además del programa de ocio y tiempo libre, Cocemfe Sevilla trabaja durante todo el año en la prevención y normalización de la discapacidad en centros escolares, así como lucha por lograr una mayor accesibilidad en la sociedad, con conversaciones con los organismos públicos y diversas entidades. Ofrece a sus usuarios programas de empleo y defensa jurídica para, en definitiva, estar con ellos en todas las dificultades que se les presentan solo por su condición.
Pero, a pesar de la necesidad, la captación de voluntariado es complicado. Deben entender desde un principio que no solo se trata de acompañamiento de la persona con discapacidad sino también de asistencia personal. «Lo mejor de todo es que van a disfrutar del ocio como uno más», añade Juan José. Desde salidas a la playa, rutas campestres o visitas culturales, a montar en globo o volar en parapente.
Victoria en la Liga y lección de superación
Es el caso de Santiago, que disfruta del rugby ya como uno más del club. Este último fin de semana se celebró en Andalucía por primera vez en la historia una jornada de la Liga con la visita de todos los clubs a Alcalá de Guadaíra. El anfitrión, el CAAD Sevilla Quad Rugby, se alzó con la victoria en todos los partidos. La constancia, el compañerismo, el buen rollo, es evidente en cada entrenamiento, y se traslada al campo en la competición. Santiago se mantiene además atento para ayudarles con los guantes, asentarles en la silla, recolocar la rueda... «Me quejo de tener que ir a un sitio o de que se me estropee el coche cuando hay personas que tienen los mismos problemas que nosotros pero no tienen piernas, tienen manos y no le funcionan, le faltan dedos... y hacen su vida normal, se duchan, van al trabajo, cocinan, visten a sus hijas y las llevan al colegio». Sí, Santiago se afana por enseñarles su visión del rugby pero recibe de los jugadores una lección más grande.