Esaú Pérez Gerente de Ciudad San Juan de Dios

«No hay que mantener apartada a la discapacidad intelectual»

Chicos con discapacidad intelectual participarán este mes en un Ciclo Indoor benéfico en Alcalá con 120 bicicletas y profesionales reconocidos

Cuando tan solo tenía 17 años Esaú Pérez comenzó a colaborar como voluntario con la Ciudad San Juan de Dios de Alcalá de Guadaíra, una institución altruista que atiende a personas con discapacidad intelectual gravemente afectadas. «Esto te atrapa», asegura Esaú, director gerente desde hace cuatro años.

—En 1969 abrió la Ciudad San Juan de Dios en Alcalá, ¿cómo fueron los inicios?

—La iniciativa nace en Sevilla para satisfacer necesidades de chicos afectados por la polio o enfermedades similares y no tenían formación. ABC tuvo mucho que ver entonces, ya que la apertura se financió con donativos y este periódico dedicó una tirada a nivel nacional a la causa, donándole la recaudación íntegra.

—¿Cómo fue evolucionando con los años?

—Cuando los centros públicos fueron dando sitio a las personas con discapacidad física, San Juan de Dios empieza a centrarse en aquellos con discapacidad intelectual gravemente afectados.

—¿Qué servicios ofrece?

— Para los chicos y chicas en edad escolar mantenemos en funcionamiento un colegio, y para los que la superan tenemos la residencia o la estancia diurna. Esos son nuestros tres grandes pilares, pero también trabajamos con la familia de los afectados.

—Para vosotros es también es importante el tiempo de ocio de los usuarios.

—Claro, hay una serie de talleres y actividades que ocupan varias horas, pero el resto del día hay que hacerlo estimulante. El ocio no se financia, y nuestras excursiones, campamentos o salidas los costeamos nosotros. Además, la esperanza de vida de los usuarios crece, lo que significa que se hacen mayores sus familias y tienen más dificultades para atender sus necesidades. Ya no cerramos la residencia en todo el año.

—¿A cuántas personas atiende?

—Atendemos a 303 usuarios a día de hoy, entre la residencia, el colegio y la unidad de día.

—¿Cuál es el perfil de las personas que residen aquí?

—La edad de las personas que se encuentran en la residencia va desde los 3 hasta los 53 años que es la edad de nuestro usuario con más velas sopladas. Todos tienen discapacidad intelectual, gravemente afectados, y buena parte de ellos discapacidad física asociada y otros con trastornos de conducta.

—¿Y cuántos voluntarios? ¿Qué tareas realizan estos?

—Contamos con unos 60 voluntarios. Tanto chicos jóvenes como señoras mayores a las que llamamos ‘Damas’. Algunas de ellas tienen 80 años y forman parte del programa Madres de honor. Se convierten en referentes para los chicos que tienen asignados y velan porque no les falte de nada. Los programas de voluntariado van encaminados a cubrir o enriquecer los espacios a los que no llegan los profesionales.

—¿Cómo os financiáis?

—EL 95 % de nuestra actividad está financiada con un concierto que tenemos con la Junta de Andalucía. El 5% restante con recursos propios como son las aportaciones de bienhechores y los eventos de la obra social. La verdad es que nuestra gente realiza una labor que la sociedad admira y valora.

—Próximamente celebráis un Ciclo Indoor, ¿en qué va a consistir?

—El próximo sábado 27, desde las 8:30, Hispalis Cycling montará un Ciclo Indoor aquí. Van a participar 120 bicicletas y acudirán profesionales reconocidos. Lo recaudado va a nuestra obra social y conseguimos que la gente se acerque y nos conozca. Nuestros chicos participan y se establece con ellos un vínculo muy bonito. La realidad de la discapacidad no es para tenerla apartada.

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