Paz y Bien celebra con una gala sus 30 años de presencia en Alcalá

Entregó reconocimientos y demostró las capacidades para la música y la danza de sus integrantes

La Asociación Paz y Bien llenó la tarde del martes el teatro Gutiérrez de Alba para celebrar sus 30 años de presencia en Alcalá de Guadaíra. Fue un momento para la celebración y el agradecimiento a las personas e instituciones que han ayudado a la entidad a lo largo de este tiempo, en el que en continuo crecimiento han llegado a contar con once centros en Alcalá, siempre con su centro de Buenaventura como referente central.

Frente a una amplia representación de la sociedad alcalareña personas que forman parte de la comunidad de Paz y Bien cantaron, dieron forma a un número de danza y llenaron de alegría el teatro. En las intervenciones, la presidenta de la entidad, Josefa Romero, destacó que «la llegada a Alcalá no fue una casualidad» por haber encontrado aquí un lugar en el que han sido muy bien acogidos y han recibido la ayuda de «una ciudad solidaria». Por su parte, el fraile capuchino, fundador de Paz y Bien, Rafael Pozo, destacó como todo lo conseguido es el resultado de creer en las personas y en saber ver sus capacidades. Y todos destacaron la evolución hacia mejor del trato que la sociedad y las instituciones dan a las personas con alguna discapacidad.

Por su parte, la alcaldesa de Alcalá, Ana Isabel Jiménez, se refirió a una trayectoria de superación con miles de personas realizadas porque Paz y Bien «supo invertir en lo más importante, las personas». Ana Isabel Jiménez remarcó así mismo que la asociación es un referente educativo y de integración para personas con discapacidad, menores, mayores, grupos de exclusión social y colectivos beneficiarios de actuaciones de cooperación internacional.

La Asociación llegó a Alcalá de Guadaíra en 1987, después de que la empresaria cántabra María Luisa de Velasco donara a esta entidad la por entonces Finca San Buenaventura, ubicada en el Parque Natural de Oromana. Un terreno de 100.000 metros cuadrados al que la asociación rápidamente empezó a sacar provecho, generando recursos para la comunidad con el apoyo del Ayuntamiento y la administración autonómica.

Sólo un año después de aterrizar en Alcalá, la entidad puso en marcha la primera Casa Oficio, en la que se integraron jóvenes con discapacidad intelectual que, como cualquier otra persona, demandaban una ocupación laboral. Las Escuelas Taller, que actualmente ascienden a un total de seis, se impulsaron en esos primeros años de Paz y Bien en el municipio. De ellas saldrían trabajadores y trabajadoras, jóvenes de la localidad en riesgo de exclusión social, que consiguieron formarse profesionalmente y que formarían parte en el proceso de creación de las infraestructuras con las que se fue llenando la finca. Estructuras que hoy día dan servicio a más de 200 personas diariamente.  Además la asociación también ha contado con estos jóvenes para la plantilla de profesionales de Granja Escuela y la empresa de
servicios accesibles Seabi. Actualmente, la entidad da empleo a 146 personas en sus instalaciones de Alcalá, de las 57 son alcalareños.

Paz y Bien colaboró en la Reforma Psiquiátrica de 1989 abriendo en Alcalá la residencia Hermana Clara, donde se prestó atención a jóvenes procedentes del Hospital de Miraflores, dando respuesta a un gran número de personas con discapacidad intelectual que quedaron desamparados. Actualmente, en ella residen personas grandes dependientes.

El compromiso social de la entidad volvió a tener respuesta en Alcalá en 1992, cuando la residencia Oromana echa a andar para dar cobertura asistencial a otro grupo de personas con discapacidad intelectual que, mediante apoyos y servicios en los centros de día, verán mejorada su calidad de vida. Así, en la década de los noventa la asociación pone en marcha la Granja Escuela San Buenaventura, un recurso que a día de hoy supone un modelo de integración y superación personal de las personas a las que acompañamos, del que son testigos más de 6.000 escolares andaluces al año. Hoy, el Complejo Social San Buenaventura está formado por un Centro de Día, un Centro Ocupacional, la residencia Oromana, el centro de protección a la infancia ‘San Francisco’ y la Granja Escuela San Buenaventura, así como la empresa de servicios accesibles.

La asociación recibió  en 1990 el Premio Alcalareño del Año, así como el Premio Reina Sofía de Integración y Rehabilitación  en 1999, por el trabajo formativo y de promoción del empleo en sectores críticos que se llevaba a cabo en las anteriormente mencionadas Escuelas Taller.

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