Las organizaciones católicas de cooperación reclaman políticas en defensa de las comunidades más pobres

Cáritas, Manos Unidas, Redes y las congregaciones religiosas convocan una vigilia de oración y reflexión por la justicia social a las 20.00 en la Parroquia de la Resurrección

Las organizaciones católicas de cooperación– Cáritas, Manos Unidas y Redes– y las congregaciones religiosas (CONFER) reclaman este miércoles a los poderes políticos que cumplan los compromisos adquiridos en cooperación internacional con las personas y comunidades que más sufren en el mundo. Lo harán con una vigilia de oración y reflexión por la justicia social a las 20.00 en la Parroquia de la Resurrección en la Carretera de Carmona.

Estas instituciones han lanzado un comunicado expresando que su responsabilidad moral como miembros de la Iglesia les exige «mirar la realidad de lo que ocurre en el mundo, analizar las causas de la injusticia –que son las mismas en todos los países– y actuar para acabar con ellas».

Desde esta visión y en el marco de la iniciativa «Enlázate por la Justicia» las organizaciones, convocan a las Administraciones públicas a apostar por la transformación de la realidad social que nos rodea y por el cambio de un modelo económico injusto que genera desigualdad, vulneración de derechos y condiciones de pobreza y exclusión en todo el mundo.

«Sabemos que la apuesta por la cooperación al desarrollo puede transformar el escándalo contemporáneo de la injusta realidad que representan los 1.200 millones de personas que viven en situación de pobreza extrema o los 800 millones de hermanos y hermanas que pasan hambre», indican.

Para ello, indican ejemplos que ilustran cómo puede cambiar el mundo con estas políticas: cómo un campesino del Amazonas logra su primera cosecha en muchos años; cómo una cooperativa de mujeres de Bangladesh pone en marcha un taller de costura; o cómo unos jóvenes haitianos aprenden un oficio que les permite llevar dinero a sus casas.

Estas organizaciones católicas aportan a la causa una base social de 80.000 personas voluntarias y 5.000 trabajadores remunerados, junto a unos 47.000 religiosos y religiosas pertenecientes a 400 congregaciones españolas, y un volumen de recursos económicos superior a los 130 millones de euros anuales invertidos en los distintos proyectos de desarrollo que se realizan en más de un centenar de países de todo el mundo.

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