El abandono de perros en verano desborda a las protectoras

En la Asociación El Buen Amigo encuentran con frecuencia camadas de cachorros abandonados en la puerta. Que consigan sobrevivir es complicado.

¿Qué ocurre cuando se abandona a un animal a su suerte? «En primer lugar, que quien lo abandona es una mala persona», explica rotunda Feli, voluntaria de la Protectora El Buen Amigo. Un total de 43 perros han llegado a esta asociación de Los Palacios desde junio y solo diez han conseguido una familia que los adoptara. La cifra de animales abandonados sube de manera alarmante en verano y protectoras sevillanas como El Buen Amigo o El Arca de Noé están desbordadas.

«Los animales pueden causar un accidente en la carretera y los pobres en la calle lo pasan mal, hay perros que no se dejan coger de lo asustados que están», explica Feli. El refugio de esta asociación acoge de 190 a 200 perros, una cifra por encima de su capacidad, pues el cupo debería ser de 100. Llegan por aviso de la Policía o incluso los abandonan en la puerta.

Pilar lleva 18 años colaborando con esta asociación y no puede evitar emocionarse pensando en las camadas de cachorros que a menudo se encuentran al llegar al refugio. «Los dejan a pleno sol sin saber cuándo vendrá una persona y muchas veces cuando llegamos nos los encontramos ya muertos», cuenta Pilar, que insiste en que el refugio no es el mejor lugar para un animal: «A veces los propios vecinos nos dicen que quieren abandonarlos aquí pero intentamos convencerlos de que esta no es la solución, esto solo es un mal menor, lo ideal es que ellos les busquen un dueño».

La Asociación El Buen Amigo cuenta con unos veinte voluntarios. Dos de ellos vienen cada tarde para alimentar a los perros y darles un paseo. Vigilan a los animales para que ninguno se sienta acosado por un compañero y controlan si están enfermos. Cada miércoles un veterinario acude al refugio para tratarlos, lo que supone un desembolso importante de dinero. También tienen que invertir en torno a 110 euros cada diez días para pienso, aunque cuentan con algunas donaciones esporádicas de particulares o empresas como Affinity.

Son pocas las asociaciones que pueden contar con un refugio. El sistema de acogida es la práctica más común en las asociaciones defensoras de animales, mediante el cual los voluntarios cuidan del perro abandonado en su casa hasta que aparece alguien dispuesto a adoptarlo. Es el caso de Arca de Noé, una de las más consolidadas en Sevilla, que también debe recurrir a las residencias de pago. También la acogida es un sistema necesario, incluso habiendo refugio, en el caso de animales con problemas físicos «que necesitan estar en una casa».

Es el caso de Anatol, operado tras encontrarlo atropellado. O de July, con una depresión «horrible que no levanta cabeza», explica Pilar. Es una perrita sin chip que encontró la policía el 1 de agosto. A través de las redes sociales buscan con urgencia quien pueda adoptarlo, o quien puede aportar dinero para las operaciones, si es el caso.

Eso sí, quien adopte a un perro debe tener claro la responsabilidad que conlleva. Charo lo sabe, ella ha adoptado a la cachorra Greta después de que sus hijas llevaran mucho tiempo pidiendo un perrito. «Llevábamos tiempo pensándolo y concienciados; además, en El Buen Amigo nos informaron de las ventajas e inconvenientes de coger a un cachorro». La familia de Charo sabía de la situación de tantos perros abandonados: «teníamos claro que no íbamos a comprar porque hay muchos que necesitan una familia».

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