Cuenta atrás para una experiencia única de voluntarios y personas con epilepsia

Este lunes comienza la XVI edición del Campamento de Verano de Ápice en Castilblanco de los Arroyos con 40 participantes con epilepsia de toda España y un equipo de 22 voluntarios

En la asociación andaluza de epilepsia (Ápice) ya están deseosos de que llegue este lunes. A primera hora de la mañana saldrán de su sede 40 personas con epilepsia y un equipo de 22 voluntarios  hacia Castilblanco de los Arroyos para la actividad estrella del año: el campamento de verano, que llega a su XVI edición. Una experiencia única y muy satisfactoria para todos.

Según informan desde Ápice, esta actividad, que se celebra desde 2002, fue pionera en España. Desde sus inicios, el programa persigue fomentar la autonomía e independencia de las personas que padecen epilepsia y discapacidad, ya que se trata de un colectivo que presenta determinadas necesidades comunes en el área del desarrollo social y personal. Los asistentes comparten un diagnóstico de epilepsia, pero en ningún momento ésta se manifiesta de la misma forma. La mayoría de los participantes padecen epilepsia refractaria, es decir, no tienen control sobre las crisis a pesar de tomar diariamente la medicación. Esto simplemente se traduce en una vigilancia constante por parte de los voluntarios y cierta especialización técnica en asistencia a crisis de epilepsia.

Pero esta situación provoca que los niños con epilepsia sean excluidos en muchas ocasiones de actividades extraescolares o de otros campamentos de verano. Por cubrir esta necesidad surge esta actividad en Ápice, que con 10 participantes y 5 voluntarios el primer año, ha ido cogiendo impulso poco a poco hasta el punto de tener que limitar las plazas.

Voluntarios en el campamento de Ápice el año pasado / Ápice
Voluntarios en el campamento de Ápice el año pasado / Ápice

Los voluntarios de Ápice Epilepsia que participan en esta actividad tienen edades comprendidas entre los 18 y los 40 años. Algunos de ellos acaban de empezar, tras cumplir la mayoría de edad necesaria para formar parte del equipo de voluntarios que asiste al campamento de verano, mientras que otros llevan más de 10 años en la organización, aportando y prestando su ayuda a un colectivo muy invisible para la sociedad.

El campamento se celebra cada año en un lugar diferente y él acuden personas con epilepsia de toda España. En esta ocasión será en Castilblanco de los Arroyos, Sevilla, y más concretamente en el Encinar del Escardiel, una granja escuela con 7 hectáreas de bosque, piscina, zona deportiva y multiaventura que reúne todos los requisitos para disfrutar, descansar y pasarlo bien. Un año más, Ápice apuesta por mejorar la calidad de vida de las personas con epilepsia, llevando a cabo esta actividad que beneficia de manera directa a los asistentes y sirviendo de respiro familiar.

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