«El pádel es un deporte integrador, con beneficios psíquicos y sociales»
La Asociación Pádel Integra tiene un reto claro, que todo aquel que quiera practicar este famoso deporte pueda hacerlo, sea cual sea su tipo de discapacidad. Andres Mompín es el gerente de la organización y el director técnico del proyecto deportivo.
—¿Por qué nació Pádel Integra?
— Nace hace cinco años a partir de varias personas que echábamos de menos que en el pádel no hubiese atención a los colectivos de personas con discapacidad. Los creadores somos profesionaes del mundo del pádel queríamos probar con ese nexo, y nos decidimos a iniciar este proyecto. Entendemos que es una magnífica opción tanto para este colectivo como para este deporte.
—¿Cuál es el balance de estos cinco años?
— No puede ser más positivo, hemos tenido un desarrollo exponencial y está teniendo una aceptación muy importante, tanto de los usuarios como de entidades públicas y privadas
—¿Cómo se organiza la asociación?
—Tenemos escuelas que van en función de los niveles y las capacidades de los alumnos. El lema de Pádel Integra es «aquí jugamos todos», y es que pretendemos dar salida a cualquier persona con discapacidad, sea cual sea, que quiera practicar este deporte. Pensamos que es un deporte muy integrador con beneficios psíquicos y sociales. Buscamos que el alumno salga con una sonrisa de nuestras escuelas, y que esa sonrisa nos retroalimente a nosotros.
—¿Cuántas personas participan en las escuelas?
— Actualmente tenemos 190 alumnos. Abarcamos todas las edades a partir de los cinco años, tenemos a jugadores muy pequeños. En estos próximos meses queremos seguir creciendo y desarrollando nuevos programas, sobre todo en zonas rurales y con colectivos en riesgo de exclusión social. Hay zonas en las que no hay opciones de deporte adaptado. Queremos llegar ahí y darle una oportunidad a toda la gente que lo necesite.
—¿Cómo llega la gente a Pádel Integra?
— Son muy importantes las redes sociales y nuestra web, que es bastante potente. Si alguien quiere informarse, hay teléfono, correo... Una vez que lleguen a la asociación, hay varias opciones: hay alumnos que vienen completamente gratis, otros vienen subvencionados parcialmente y algunos sí que abonan una cuota, ya que participan en programas a la carta. Siempre intentamos que las cuotas sean lo más bajas posible, teniendo en cuenta que a veces llegamos a tener más técnicos que usuarios, dependiendo de las necesidades de apoyo del grupo. Eso, lógicamente, encarece la actividad.
—¿Es complicado atender a todos los espectros de discapacidad?
—Sí, ese fue uno de los retos fundamentales que nos planteamos desde el principio. Desarrollamos una programación especial para cada uno con una metodología muy detallada. Hay veces que el verse en la pista ya es un éxito para el niño, y para todos. Cada alumno es un reto.
—¿Cómo se presenta el próximo curso?
—Hay una novedad importante, y es que vamos a desarrollar un programa de atención a personas con discapacidades cerebrales adquiridas. Vamos a atender a tres grupos y va a ser un impulso bastante grande para nuestra entidad.